El partido que anoche cerró en Ipurua la 33ª jornada de Liga dejó una doble lectura para el Villarreal, que también tenía intereses en juego en tierras guipuzcoanas. El triunfo in extremis del Athletic con un gol de Raúl García en el tiempo de prolongación permite a los leones volver a echarle el aliento en el cogote a los de Escribá, que de nuevo se ven con un solo punto de ventaja en la quinta plaza —y dos sobre el séptimo, la Real Sociedad—, pero a la vez abre una brecha ya más que importante con el octavo, el Eibar, donde se situará la frontera para estar en competiciones europeas la próxima campaña si se produce el previsible triunfo del Barcelona ante el Alavés en la final de la Copa del Rey.

El entrenador del Villarreal se puede dar por satisfecho. Horas antes del duelo entre el Eibar y el Athletc, Fran Escribá deseó «el empate» como el resultado más favorecedor para los intereses de su equipo, aunque tampoco desdeñó un tropiezo eibarrés. «Lo que menos nos gustaría es que ganara el Eibar». Deseo cumplido y margen importante sobre los armeros cuando solo quedan 15 puntos en disputa en la Liga.

EL EIBAR, CON 10 / A punto estuvo de cumplirse el deseo inicial de Escribá, aunque la expulsión de Escalante cuando apenas se habían cumplido 10 minutos del segundo tiempo ponía muy cuesta arriba el choque para los de Mendilibar, que tras verse dominadores de la primera parte se enervaron ante lo que consideraron un agravio arbitral. «Estamos ante una dictadura», dijo Pedro León al comentar la actuación de Del Cerro tras acabar el partido.

En superioridad, los de Valverde se vieron con opciones. Raúl García, en el minuto 62, envió un balón al palo. Media hora más tarde no perdonaría. La pelea por la quinta plaza se aprieta.