Diez minutos de inspiración, de despegue, de locura, de un Atlético Madrid hasta ese momento claramente superado, llevaron al equipo rojiblanco a la victoria ante el Barcelona (2-3) y a la final de la Supercopa.

No habrá clásico en la final. Sí derbi. Después de un choque con un tramo final loco que contempló el emerger de un equipo que hasta ese momento parecía sin recursos. En manos de un rival superior liderado por una gran versión de Messi y que se estrelló con un inmenso Oblak.

Los goles de Álvaro Morata y Correa, que dieron un gran giro a la situación en apenas unos minutos, premian al Cholo. Es el tercer triunfo del argentino contra el barcelona, en veintisiete encuentros, hasta ahora resignado a salir malparado de cada cita con el conjunto azulgrana.

Tras una primera parte sin goles, cambió la situación al inicio de la segunda cuando Koke, que había sustituido a Héctor Herrera, batió a Neto tras recibir un pase de Correa después de una pérdida de Vidal. Koke Reapareció en Yeda y desequilibró la situación cuando menos se esperaba. Hasta que Messi puso orden.

El argentino, en la primera que tuvo, igualó el partido. El 10 azulgrana aprovechó la fragilidad en la acción de Koke y Savic para ejecutar un disparo con la derecha que superó a Oblak. En pleno entusiasmo azulgrana, Griezmann pudo desnivelar cuando encaró al portero rojiblanco, pero su vaselina fue adivinada por Oblak.

Marcó Messi a continuación, pero el VAR anuló el gol por mano, igual que otro después a Piqué, por fuera de juego. A la tercera sí subió al marcador. Ya no pudo hacer más el portero del Atlético, que frustró con una gran parada un cabezazo de Luis Suárez. El rechace fue a parar a Griezmann, que marcó.

Llegó la locura al final con un penalti de Neto a Álvaro Morata. El delantero lo transformó. Hubo otro después por una mano de Piqué que el VAR vio pero que el árbitro no interpretó como tal.

FINAL LOCO / Pero quedaba el final, en una escapada de Correa tras un error azulgrana. Encaró a Neto, tiró mal, pero el rechace rebasó la raya para evitar el clásico y llevar la final del domingo (19.00 horas) hacia un derbi madrileño. Curiosamente los dos equipos que no ganaron ningún trofeo la temporada pasada pero que han eliminar al campeón de Copa del Rey y al ganador de la última edición de la Liga.