El Atlético de Madrid completó su acceso a los cuartos de final de la Liga de Campeones con empate sin goles ante el Bayer Leverkusen, con tres paradas seguidas y asombrosas para el recuerdo de Oblak y con un partido a medio gas de los rojiblancos, entre los ocho mejores de Europa por cuarto año consecutivo.

El Atlético nunca sufrió por la clasificación, después del 2-4 del encuentro de ida, pero tampoco se sintió ni cómodo ni ganador del choque de vuelta, equilibrado, con oportunidades en ambas porterías y sin riesgos reales para su billete a la siguiente ronda.

Cumplió el trámite. Porque el encuentro de vuelta partió con ventaja para el Atlético. Un condicionante indudable para el envite final en el Vicente Calderón, por el efecto que supone, a veces inconsciente, en los equipos. Para el local, porque manda, es el favorito y le vale con lo que tiene; para el visitante, porque no tiene nada o muy poco que perder.

Desde ahí surgió un partido raro. Si la eliminatoria mostraba muchas certezas para el Atlético, el duelo de vuelta admitía alguna discusión, sobre todo al inicio, aunque solo fuera una circunstancia más de un clasificación a cuartos que ya era rojiblanca desde la ida hace dos semanas.

Pero, antes, en la primera media hora, tanto pudo marcar uno como otro, tanto pudo cerrarse como abrirse la eliminatoria. Lo segundo lo intentó unas cuantas veces el Bayer Leverkusen, primero con un tiro cruzado de Volland y después con un remate alto de Chicharito. Entonces, no exigieron una parada de Oblak.

En todo ese tramo no estuvo cómodo el Atlético. No fue hasta minuto 37, ya con un movimiento de fichas en la medular —Koke al medio y Saúl a la banda—, cuando tuvo dos acasiones: la primera de Correa, fuera; la segunda de Koke, salvada por Leno.

todo sigue igual / Fue la mejor parada, la única realmente de verdad, de los 45 minutos que duró la primera parte, similar a la segunda, dentro de los mismos parámetros y de la sensación de que el 2-4 era un muro insuperable para el Bayer Leverkusen y una garantía para el Atlético.

En el área del Leverkusen hubo alguna ocasión, un doble regate y un tiro de Correa y una vaselina de Griezmann, a la que le sobraron milímetros. En la del Atlético también, sobre todo una, triple, que, de no ser por Oblak habría supuesto el 0-1 en contra en el minuto 67 del duelo. Primero a Brandt y después dos veces a Volland. El cuarto tiro fue de Chicharito, cruzado y fuera.

Desde esa intervención superlativa, y alguna más después, mantuvieron el 0-0 los rojiblancos, una vez más entre los ocho mejores de Europa. Por cuarta vez consecutiva en la era Simeone. En estos últimos cuatro años, solo cuatro equipos han estado presentes en esa ronda ininterrumpidamente: Barcelona, Real Madrid, Bayern... Y Atlético.