El Atlético sigue intratable en su nuevo estadio y tras ganar por la mínima al Málaga ayer lo hizo con mayor solvencia frente a un Sevilla que llegaba en un buen estado de forma, a pesar de que Simeone introdujo un total de cinco cambios en el once inicial.

El choque fue intenso en todos los aspectos. Cada balón se luchaba como si fuera el último y el colegiado valenciano Martínez Munuera se vio obligado a amonestar a un total de seis jugadores. Finalmente, el encuentro se decantó de parte del equipo que mejor aprovechó las pocas ocasiones de gol que hubo en ambas porterías durante los 90 minutos. Tras el tiempo de descanso Yannick Carrasco consiguió sortear al guardameta Sergio Rico y anotar el primero del partido al robarle la cartera a N’Zonzi, que no pudo frenar la carrera del belga en el duelo cuerpo a cuerpo y dejó su intento de cesión hacia Rico demasiado corto y al alcance del jugador del Atlético. Más tarde, Antoine Griezmann, mediante un disparo cruzado, transformó la superioridad colchonera en la segunda diana.

Con parte de mérito local y de demérito sevillista, el Atlético consiguió dejar los tres puntos en casa en un encuentro que, a priori, promete ser vital en las aspiraciones de ambos equipos de estar en plazas de Champions.