Carlos Bacca está a las puertas de participar en el Mundial de Rusia pero, al mismo tiempo, su cabeza está en su futuro, en qué equipo militará la próxima temporada. El colombiano lo tiene muy claro: continuar en el Villarreal. Y lo dice abiertamente, metiendo presión al Milan, club al que aún pertenece, en cuanto tiene la más mínima ocasión.

Bacca, autor de 15 goles en 32 partidos esta temporada en LaLiga como amarillo, habló a la conclusión del Colombia-Egipto (0-0, amistoso disputado en la localidad italiana de Bérgamo (los cafeteros ultiman el Mundial en territorio italiano, concretamente en Milanello, el complejo deportivo del Milan). «Me faltan dos años con el Milan. Se está hablando de quedarme en el Villarreal. Están hablando los dos clubs y esperemos que se solucione todo», dijo a la prensa tras el amistoso.

«Estoy bien en el Villarreal, soy feliz con el trato en LaLiga, he estado bien», refuerza Bacca. «Ahora se está hablando con el Milan y esperemos llegar a un acuerdo justo», recalca el delantero.

Bacca no elude preguntas, incluso, sobre el conjunto rossoneri. «Sabemos que ha habido un cambio, que han llegado jugadores de mucha calidad. Ahora, se ha vuelto a Europa», comenta sobre el billete para la Europa League del Milan, competición en la que también estará el Submarino. «El Milan lo ha hecho bien, aunque sabemos que aquí es muy difícil competir con la Juve, Roma o Nápoles», refuerza.

Cuestionado por la posible llegada a San Siro de su compatriota Radamel Falcao, señala que «todos sabemos lo gran atacante que es, esperemos que se solucione para todos». Eso sí, evita pronunciarse sobre Vincenzo Montella, destituido en noviembre en el Milan (y en abril del Sevilla, al que había llegado a finales de diciembre): «Estoy pensando en la selección, ya no hablo más de Montella ni del Milan».

EN PROBLEMAS

Sin embargo, el Milan podría recibir esta semana un auténtico varapalo, deportivo y económico, que podría influir, de forma indirecta, en el futuro de Bacca, por quien no bajan de una oferta mínima de 14 millones, lejos de la propuesta amarilla que tiene encima de la mesa.

La UEFA contempla la exclusión de los rossoneri. El máximo organismo europeo podría adoptar esta drástica decisión, al ver como el histórico club lombardo, en manos de inversores chinos liderados por el misterioso Li Yonghong (pagó 740 millones, en abril del 2017, a Silvio Berlusconi), pierde decenas de millones cada año.