Carlos Bacca ha dicho por activa y por pasiva que su deseo es seguir en el Villarreal la próxima temporada. Pero la última palabra sobre este asunto la tiene el Milan, que es el equipo dueño de sus derechos deportivos y debe llegar a un acuerdo con el Submarino —al que lo cedió el pasado verano— para que el delantero pueda jugar otra campaña en el Estadio de la Cerámica.

También se advirtió desde el entorno del atacante colombiano al concluir LaLiga que, debido a su presencia en el Mundial de Rusia, la obligada reunión entre ambas partes se realizaría tras la competición, que para el futbolista ya ha llegado a su fin después de caer Colombia en los octavos de final ante Inglaterra.

Por este motivo, el encuentro entre ambas partes se puede producir en cualquier momento, aunque existe la posibilidad de que tenga lugar a la conclusión de la Copa del Mundo. Lo que sí está claro es que la intención de Bacca es que su situación quede resuelta antes de la fecha en la que se debe presentar en las instalaciones del club italiano, que es a finales de julio, a sabiendas el técnico rossonero, Gennaro Gattuso, no cuenta con él.

La falta de acuerdo entre el Villarreal y el Milan por el atacante cafetero, que está de vacaciones en su país —sus primeras horas tras la eliminación no han sido del todo positivas, ya que tanto él como Uribe, los dos jugadores que fallaron los penaltis ante Inglaterra, han recibido amenazas de muerte—, viene provocada porque los italianos piden los 15,5 millones en los que se tasó al jugador y el Submarino ofrece algo más de la mitad.

Ofertas rechazadas

Tantas son las ganas de Bacca de seguir en el Villarreal, donde ha cuajado una gran temporada, que habría rechazado varias ofertas de Turquía. Tanto el Galatasaray como el Trabzonspor se han interesado por ficharle y este último club incluso le habría ofrecido cinco millones de euros por temporada durante tres años, más una bonificación por cada campaña. Pero el colombiano quiere seguir en Vila-real.