Mojado hasta las cejas y sin zapatillas. Así acabó Valverde la rúa de los campeones, en la que el entrenador del Barça tuvo que aguantar múltiples bromas, especialmente de Piqué y Suárez, como si de un novato se tratara. No fue el único que acabó con la ropa pegajosa por la cerveza y sin el calzado, tal fueron las ganas de cachondeo de la plantilla, que celebró a lo grande el octavo doblete del club. El Barça y Barcelona tenían ganas de fiesta, demostrando que por más Ligas que se conquisten (la séptima en una década) y Copas (la cuarta consecutiva), el ánimo por la fiesta no decae nunca, aunque también es cierto que la rúa no fue seguida de forma tan multitudinaria como otras veces.

Muchos detalles se observaron durante el desfile de los campeones. Por ejemplo, el abrazo sincero entre Jordi Alba y Valverde, después de que el lateral, que con el Txingurri ha recuperado la confianza y fiabilidad que perdió con Luis Enrique, calificara de «vergüenza» las críticas surgidas de la propia directiva al técnico tras la debacle de Roma. «Los únicos responsables somos los jugadores», agregó Alba tras ganar la Liga en Riazor. También fue una rúa muy especial para Iniesta, siempre en la parte delantera, entre los dos relucientes trofeos, saludando a la afición y saboreando cada segundo tras 22 años de azulgrana que acaban de la mejor manera posible y a la espera del gran homenaje del Camp Nou.

Barcelona festejó el doblete a la espera de la fiesta del clásico del próximo domingo en el Camp Nou, donde llegará el Madrid que, antes de empezar la rúa, envió la felicitación oficial al Barça por la Liga y la Copa. Eso sí, el pasillo al campeón se lo ahorrará. «¿Pasillo al Barça? Ya tienen la Liga, que la disfruten», soltó Sergio Ramos.