Se ha sacado un peso de encima. Luis Enrique soltó lastre el miércoles confesando que había tomado la determinación de marcharse del Barça. El adiós al banquillo del Camp Nou, oficializado después de medirse ante su exequipo como jugador (el Sporting), empieza hoy frente a su exequipo como entrenador, un Celta (20.45 h.) que le ha dado varios disgustos y que pondrá a prueba la consistencia del Barça en su primera defensa del liderato desde la jornada inicial.

Recuperada la iniciativa deportiva, con el equipo dependiendo de sí mismo a falta de 13 jornadas, el foco se dirige al banquillo. Luego se desplazará al césped, para comprobar si realmente la salida de Luis Enrique ejerce de revulsivo a sus hombres, y posteriormente subirá hacia el palco, donde se elegirá al sustituto del asturiano, el más exitoso porcentualmente de la historia del Barça. Con 8 títulos ganados de 10 posibles (80%), supera los cuatro años de Guardiola (73%, 14 de 19 títulos). Quedan tres en juego.

El paralelismo que pudiera establecerse en las carreras de ambos se extiende a los motivos de la despedida. El asturiano reconoce, igual que su antecesor en el 2012, que se siente «aliviado» tras comunicar su marcha.