Aún conmocionado y hasta asustado por la grave lesión de Aleix Vidal, el Barça regresa a Europa en el Parque de los Príncipes ante el París SG que fue en su día de Ibrahimovic y ahora pertenece a Cavani. Se van los azulgranas con Piqué, ya recuperado de sus molestias musculares que le hicieron causar baja en Vitoria, y con dos jóvenes (el centrocampista Aleñà y el joven lateral derecho canario Nili Perdomo) como rostros nuevos de un grupo que se asoma a la Champions con casi todas las piezas a punto.

Esa goleada (0-6) en Mendizorroza al Alavés B (Pellegrino solo alineó a cuatro titulares de los que eliminaron al Celta en la semifinal de Copa) ha ejercido un efecto balsámico sobre el Barça, capaz de trazar picos irregulares en las últimas semanas. Pero con las piezas esenciales más afinadas que nunca. De Messi no se puede dudar en ningún partido. De Luis Suárez (18 goles, pichichi de la Liga), tampoco. Y de Neymar, que completó un intermitente arranque de curso, ni un solo reproche porque ha empezado el 2017 regalando asistencias, además de marcar goles, su principal déficit, y dejando detalles excelentes con su eléctrico regate, unido a un compromiso defensivo que no se le había visto hasta ahora.

CON BUSQUETS E INIESTA // Unai Emery, además, ha sufrido multitud de heridas del tridente cuando dirigía al Sevilla, consciente también de que debe buscar registros nuevos para desactivarlo. Luis Enrique, que ha dosificado con inteligencia a su plantilla para superar «un calendario atroz», recupera en el camino a Busquets (una hora en Vitoria de titular) e Iniesta (jugó la media hora final). En realidad, recobra el técnico a los guardianes del estilo, a las piezas que definen la ideología futbolística del Barça. Y en ese catálogo de buenas noticias que ha recibido Luis Enrique en los últimos días también cabe constatar el mejor nivel de Ter Stegen bajo los palos. Rafinha, una pieza polivalente, capaz incluso de ejercer de falso lateral derecho, recibió ayer el alta, dispuesto a jugar como está hasta con máscara.

SIN MASCHERANO // No estará Mascherano, un pilar indispensable para entender la estructura defensiva del Barça (sea de central o de pivote), pero sí tendrá a Piqué y Umtiti en una noche de alta tensión. Alta tensión en el césped y en las gradas después de que el PSG, por vez primera desde que está en manos de inversores catarís, haya aceptado la entrada de hasta 1.000 aficionados radicales. No tenían abiertas las puertas del Parque de los Príncipes desde el 2012. Fueron los jugadores de Emery los que pidieron el retorno de los ultras.