No hay manera. Hasta jugando mal, el Barça gana partidos o cuando no está nada fino, embelesado como parecía por reunir a tanto talento en su equipo, el líder no se derrumba. El Alavés lo sometió a un estrés, casi era una tortura, durante más de una hora, teniendo en esos largos momentos a los azulgranas al borde del precipicio. Pero Valverde, que modificó en la segunda mitad toda la estructura de su equipo, se salió con la suya cuando recuperó la esencia aportando frescura y velocidad por las bandas (Sergi Roberto y Jordi Alba) para que las estrellas decidieran. Iniesta agarró la pelota, Suárez remató y Messi encendió la luz de un Camp Nou que asistió a un triunfo que se veía lejano.

Empezó Coutinho de titular y jugando de extremo derecho en un 4-3-3 inédito, aunque no tuvo peso en el juego del equipo. A pesar de la acumulación de talento que poseía el Barça, no hallaba la rendija para intimidar a Pacheco. Al menos, en la primera media hora. Esos 30 minutos en los que el conjunto vasco no se dedicó a defenderse con orden y fiabilidad. Ni mucho menos. Ya avisó de su peligro en una internada de Ibai Gómez, pero Ter Stegen se agigantó de tal manera que le hizo la portería diminuta. En la segunda ocasión, el Alavés no erró.

En el gol de Guidetti, el Bar-ça ofreció un inusual catálogo de errores defensivos. ¿Qué hacía Umtiti en el pico del área izquierda del Alavés? Además, Rakitic midió mal su movimiento para destruir el contragolpe vasco. De Piqué no había noticias en esa jugada. De Semedo, tampoco. Y el exdelantero del Celta cabalgó en solitario y batió a un desconcertado Ter Stegen, quien luego tuvo que evitar el 0-2 a disparo envenenado de Sobrino.

PENALTI DE UMTITI / El Alavés estuvo encomiable, con Pacheco superstar para firmar un imponente paradón que llevó a su equipo con ventaja al descanso. Valverde metió mano a su plan inicial y la noche, que parecía fúnebre, cambió radicalmente. Cuando peor andaban los azulgranas aparecieron los dos delanteros para liquidar un encuentro que no era suyo. Eso sí, con otro susto. El árbitro no vio un penalti de Umtiti en el último suspiro.