Comienza la trilogía con el Athletic y el Barça se apunta el primer tanto con un marcador que intimida por la rotundidad. El triunfo nació con tanta facilidad que, sin embargo, acabó perdiendo mucho valor para el tú a tú con el rival cara al inminente doble asalto de la Copa. No así en la Liga, donde el once azulgrana pudo responder sin desgaste y contundencia (6-0) a los cómodos triunfos del Atlético y el Madrid.

Tres minutos duró el partido. En los tres primeros sucedió lo fundamental para que se produjera el desenlace que se esperaba, pero no de la forma que se esperaba, tan accidentada y crucial. El Athletic pudo adelantarse tras un error de Piqué en la entrega a Bravo y se adelantó el Barça con uno de parecido calibre de Etxeita, que cometió un error de cálculo para solucionar un problema de espacio, tiempo y velocidad. Tampoco Mateu anda fino para sumar y restar el tiempo que se juega y se deja de jugar.

ERROR QUE PAGAN OTROS // Se equivocó el central rojiblanco pero lo pagó Iraizoz con la expulsión, Muniain con la sustitución y el Athletic con un desierto de 85 minutos por delante, porque Messi transformó el penalti que el meta cometió sobre Luis Suárez. Neymar marcó el segundo y Suárez se apuntó dos más, con lo que los tres componentes del tridente emularon a sus homólogos del Madrid (Bale, Cristiano Ronaldo y Benzema), con quienes acabarán peleando por las tres primeras plazas del pichichi.

Pero nada será lo que pareció con el 6-0. Seguramente, el duelo será la excepción de una trilogía peleada, con la eliminatoria en juego (a partir del miércoles en San Mamés) y cabría esperar que menos crispada que la anterior con el Espanyol. Solo es real el estado de gracia de Neymar, que firmó una soberbia actuación, sobre todo en el regate. Bóveda, su par, debe sentirse aterrorizado. El brasileño es imparable con el balón y le dejó en evidencia.

DOS ESPEJISMOS // La goleada se gestó por la pronta superioridad numérica que obtuvo el Barça en el césped y en el marcador, que ocultó las dificultades que el Athletic es y será capaz de crear. A pesar de que los goles fueron cayendo en la bolsa de Herrerín, suplente de Iraizoz, el equipo de Valverde insinuó que sabe cómo abordar la cita con los culés. Lo demostró en la Supercopa, aunque aquel 4-0 de San Mamés fuera un espejismo, igual que ayer. H