Este lunes se abre el mercado. El Barça saldrá de compras, no tanto por necesidad como por voluntad. Ninguna situación urgente conduce al club azulgrana a buscar fichajes, sino cierto convencimiento de que la plantilla necesita reforzarse. Ya lo verbalizó Josep Maria Bartomeu el pasado 21 de noviembre. «Para ganar la Champions quizá haga falta algún retoque», dijo el presidente.

Para ganar la Liga, aparentemente, no será necesario. El equipo de Ernesto Valverde disfruta de un mullido colchón de puntos que le protege durante el invierno: 9 puntos de ventaja sobre el Atlético, 11 sobre el Valencia y 14 sobre el Madrid. Los excelentes resultados (doble liderato de Liga y Champions y una cadena de 25 partidos invicto), han eliminado el amargo regusto con que se quedó el Barça el 31 de agosto.

A nadie se escapó que la pésima gestión de mercado dejó al club azulgrana sin haber colmado sus expectativas de compra. El último día tuvo que aguantar que el Liverpool le vacilara al pedir 200 millones de euros por Philippe Coutinho.

Las mismas pretensiones

Seis meses después, el Barça vuelve al mercado con la misma pretensión. Las perspectivas son mejores: el desgaste se hizo en verano y el Liverpool se aviene a negociar por la promesa hecha a Coutinho, elevado a capitán por Jürgen Klopp, el entrenador.

El problema reside en que solo habrá un mes de margen para negociaciones. No solo para el Barça, sino para todos. El Liverpool ya cerró su compra. Y no es el hipotético sustituto del mediapunta brasileño, sino el central holandés Virgil van Dijk, del Southampton, a quien ha convertido en el defensa más caro del mundo con los 84,4 millones que pagará.

Esa operación ha activado la alerta en el Barça. Del mismo modo que va a comprar jugadores, también se los pueden comprar. Hay decenas de clubs con semejante poder adquisitivo que el de Bartomeu y más. Si por Van Dijk, que no es el mejor central del planeta, se han pagado más de 80 millones, ¿cuánto costaría Samuel Umtiti?

Si Van Dijk ha costado 84,4 millones, ¿qué vale Umtiti? Respuesta: los 60 de su cláusula

La respuesta es conocida: vale 60 millones. Es el precio tasado de su cláusula. Una cantidad barata, comparada con la invertida por el holandés, y sugerente si por otros defensas como Benjamin Mendy, John Stones y Kyle Walker el Manchester City soltó 57, 55 y 51 millones por cada uno respectivamente.

Amenaza en la plantilla

El amenazador panorama invita a la revisión inmediata del contrato de Umtiti -ya planeada por el Barça- aunque no es el caso más delicado. El polivalente Sergi Roberto solo cuesta 40 millones. Una ganga si se conjugan la edad del futbolista (25 años) y su utilidad para jugar, al menos, en cinco posiciones de las siete en las que ha actuado en el Barça. El club inició hace unas semanas las conversaciones para mejorar su contrato.

Coutinho es la pieza más deseada del Barça. Y un central, que será Yerry Mina porque está contratado para el próximo verano, y que sustituirá a Javier Mascherano, que se irá a China. Adelantar la incorporación costará un sobreprecio que pagar al Palmeiras. Lo sufragará el Hebei.

Yerry Mina celebra un gol con el Palmeiras. / SEBASTIAO MOREIRA

Tal vez no sean los únicos fichajes si el club aligera la plantilla traspasando efectivos con los que no cuenta. El número uno es Arda Turan, que rechazó irse en verano. Gerard Deulofeu y Aleix Vidal son otros futbolistas cotizados, pero el Barça no se desprenderá de ellos sin dinero a cambio, porque lo necesitará para sustituirles. Todos los ahorros se reservan para Coutinho. El club, paralelamente, busca nuevos recursos para arrancar a Antoine Griezmann, que costará los 100 millones de la cláusula con el Atlético.

El mercado ofrecerá también gangas: todos los futbolistas que acaban contrato en el 2018. Algunos muy apetecibles cuadrarían con las necesidades del Barça, como Ander Herrera, Juan Mata y Daley Blind, del Manchester United, para incorporarse libres la próxima campaña.

Siete años sin comprar

Hace siete años que el Barça no acude a la lonja futbolística. Cuando lo hizo, se debió por circunstancias más o menos imperativas. El último refuerzo que llegó del frío en el mercado 2010-11 fue Ibrahim Afellay, por el que se pagaron tres millones al PSV Eindhoven. La plantilla de Pep Guardiola apenas contaba con 20 futbolistas y club y entrenador vieron conveniente ampliarla para rematar la temporada con la conquista de la Liga y la Champions.

Afellay posa con los tres títulos conquistados en la temporada 2010-11.

Más urgente fue la adquisición de José Manuel Pinto a caballo entre el 2007 y el 2008 después de que Albert Jorquera, el portero suplente de Víctor Valdés, se rompiera los ligamentos cruzados jugando con Catalunya. Y tres años antes (2004-05), también con Frank Rijkaard, el Barça contrató a Demetrio Albertini y Maxi López para sufragar las cuatro lesiones de ligamentos cruzados (Motta, Gabri, Edmilson y Larsson) que se rompieron en el vestuario.