Un año después del fiasco ante el Real Madrid en la Supercopa de España al Barça se le presenta otra oportunidad para ampliar su palmarés. Los azulgranas, que son los reyes de esta competición (12 títulos), se miden con el Sevilla (22.00 horas) en Tánger. Los andaluces, inmersos en la previa de la Europa League, están más rodados, pero el bloque catalán es el favorito en una final histórica por varios motivos.

El campeón de la Supercopa se decidirá por primera vez a partido único, fuera de España y con el uso del videoarbitraje, tres aspectos que dotan al torneo de un aire exótico y novedoso. No fue nada fácil elegir la sede del choque, que finalmente se trasladó al continente africano. Tánger, situada junto al estrecho de Gibraltar, cuenta con una población de casi un millón de habitantes. Se había especulado con la precariedad del estadio IBN Battuta, construido para albergar la Copa de África del 2015, que finalmente se disputó en Guinea Ecuatorial en lugar de Marruecos por la epidemia del ébola. El campo, con capacidad para 45.000 espectadores, había estado sin agua y sin luz por impagos de la empresa encargada del mantenimiento, pero todo funciona perfectamente.

El Barça fracasó en la pasada Eurocopa, solventada a favor del Madrid con un global de 5-1, pero luego le fue de maravilla en la Liga y la Copa. Ese doblete alivió la pena por el desastre de Roma en la Champions. Ahora empieza un curso con la máxima ilusión. «Nuestra idea es intentar ganar siempre. Que sea a partido único le añade dificultad. A 90 minutos las fuerzas se igualan. Ellos tienen la ventaja de estar compitiendo desde hace tres semanas», afirmó Ernesto Valverde.

CON MESSI / El Barça viaja esta mañana a Tánger con todos los disponibles. Existen muchas incógnitas en el equipo, empezando por la portería con Ter Stegen, que lleva pocos entrenamientos, y Cillessen en la pugna. Sergi Roberto está sancionado, por lo que el lateral derecho será para Semedo. Mundialistas como Umtiti, Rakitic y Coutinho podrían tener descanso, lo que daría protagonismo a hombres como Arthur y Rafinha, que han hecho una buena pretemporada. Arriba no faltará Messi, el nuevo primer capitán, acompañado por Suárez.

El sevillismo tira de realismo para afrontar la final de esta noche. Tiene pocos argumentos optimistas a los que agarrarse. Ni tiene el nueve de garantías por el que peleó todo el verano, el belga Batshuayi, ni el sustituto ante la rebeldía de Nzonzi, que quiere irse del equipo andaluz.