El Barcelona, finalista de la Copa del Rey, ya con pie y medio en los cuartos de la Champions y más de media Liga en el bolsillo, encara con tranquilidad la planificación de la temporada que viene. La continuidad será su seña de identidad, aunque, con todo, tiene previsto destinar 60 millones de euros y lo que saque de las ventas este verano, sobre todo a la hora de repescar a Denis Suárez (Villarreal) y traerle a Luis Enrique un central, un delantero y tal vez un lateral izquierdo.

Sin embargo, la prioridad está centrada en las renovaciones de Neymar y Busquets. Los que sí saldrán serán Adriano, Bartra (con opción de recompra) y puede que Vermaelen (si el belga deja el club, entonces llegarían dos centrales). Igualmente, la dirección pondrá en el mercado a Halilovic, cedido en el Sporting (también con una opción de recompra).

A la hora de reforzar la plantilla, la pieza más codiciada es la de Pogba (Juventus), aunque el Barcelona considera que esta operación difícilmente la podrá cerrar cara a la próxima temporada.

En el eje de la retaguardia, Laporte (Athletic) y Marquinhos (PSG) son los dos que más gustan, aunque, debido a las elevadas pretensiones de los clubs bilbaíno y parisino, otros centrales más modestos están a tiro, caso de Giménez (Atlético), Stones (Everton) y Romagnoli (Milan).

Arriba, Luis Enrique lleva tiempo buscando una alternativa a la MSN, pese a que, en los últimos tiempos, Munir ha espabilado y ha respondido con goles cuando Messi, Neymar o Luis Suárez no han jugado. El Barcelona lleva tiempo persiguiendo a Nolito (Celta), por lo que podría buscar una alternativa. Mahrez (Leicester) es un futbolista codiciado, así como Dembelé (Rennes).

El Barcelona no espera que los grandes de Europa (Bayern, Manchester City, PSG o incluso Real Madrid) vayan a robarle a alguna de sus piezas. En caso contrario, toda la planificación saltaría... H