El Barcelona cerró el año 2019 con una nueva goleada, esta vez contra el Alavés (4-1), en la que Lionel Messi volvió a ejercer de desatascador, cuando con un 2-1 su equipo estaba pasando un mal momento y el argentino se volvió a inventar una gran jugada que acabó en gol, su número 50 en 58 partidos en este año.

Plácida primera parte de un Barça muy superior ante un rival que planteó un partido de corte defensivo, dejando arriba a un solitario Lucas, que se vio incapaz de superar a los dos centrales azulgrana. Los catalanes tuvieron el balón y aprovecharon dos de sus ocasiones para irse al descanso con un 2-0.

El segundo tiempo arrancó con un Barça firme, pero tras el posible 3-0, los culés entraron en barrena unos minutos y el Alavés lo aprovechó para recortar distancias por medio de Pere Pons. El Barça se empequeñeció y el Alavés se agigantó y, como en ocasiones anteriores, tuvo que aparecer Messi para poner una marcha más y recuperar mentalmente a los suyos. Lideró la reacción y los locales acabaron marcando dos goles más, uno del argentino y otro de Suárez, de penalti.