Después de que entre semana el equipo blanco recuperara el liderato ante el Celta (1-4) en el partido aplazado que le faltaba por disputar, el conjunto azulgrana ocupa la segunda plaza con tres puntos menos que su más inmediato rival.

Así, el Barcelona llega a la última jornada con opciones de cantar el alirón, si bien no depende de sí mismo para alzar el tercer título doméstico consecutivo.

Todo pasa por sumar los tres puntos ante el Eibar y que el equipo entrenado por Zinedine Zidane pierda en La Rosaleda, un escenario que recuerda al que ya sucedió en las temporadas 1991-92 y 1992-93, cuando el Real Madrid perdió en la última jornada en Tenerife y, contra pronóstico, el Barça añadió dos títulos más en su palmarés.

Dos antecedentes que el técnico azulgrana, Luis Enrique Martínez, vivió en primera persona vestido de blanco y que, 25 años después, espera que se repita en su último partido como técnico culé sentado en el banquillo del Camp Nou.

Antes de pensar en una eventual derrota del Real Madrid, el Barcelona deberá hacer los deberes ante el Eibar, un rival que como el Málaga se juega muy poco en la Liga, únicamente, escalar puestos en la tabla clasificatoria.

El técnico asturiano Luis Enrique no podrá contar para la final en el Camp Nou ante el conjunto guipuzcoano con los lesionados Jérémy Mathieu, Aleix Vidal, Rafinha Alcántara y Javier Mascherano. Si bien es cierto, recupera al defensa central Gerard Piqué, que ya ha superado sus problemas estomacales, y al polivalente Sergi Roberto, que se perdió el partido de la pasada semana en las Islas Canarias ante la UD Las Palmas al cumplir un partido de sanción.