El Barcelona selló su pase a las semifinales de la Copa del Rey (junto a Alavés, Atlético y Celta), esta vez goleando a la Real Sociedad (5-2). Los culés manejaron la renta de la ida (0-1) y el tempranero tanto de Denis Suárez para evitar cualquier sufrimiento, si bien los donostiarras nunca dieron su brazo a torcer.

El primer tiempo fue tosco y embarullado, como una continuación de lo que fue el choque de Anoeta, sobre todo a raíz del 1-0, que nació tras una posible falta previa de Umtiti sobre Xabi Prieto. Denis, decidido a minimizar la baja de Iniesta, aprovechó una asistencia del otro Suárez para dar tranquilidad a los locales. Fue, además, una de las escasas oportunidades claras en todo el primer acto, tanto para unos como para otros, debido a los continuos parones y a la guerra de guerrillas prácticamente en cualquier zona del campo.

El segundo acto arrancó de una forma parecida, pero en cuanto ambos conjuntos dejaron a un lado las brusquedades y los malos modos, el Camp Nou disfrutó de un segundo tiempo altamente entretenido, con media docena de goles más. Willian José rozó el 1-1 (gran parada de Cillessen), previo a la cabalgada de Neymar, derribado en el área visitante. Messi hacía el 2-0 y terminaba de sentenciar la eliminatoria, pero la Real, muy mejorada con el ingreso en el césped de Canales y Juanmi, continuó buscando un imposible. Colocó el 2-1 (anotó el andaluz) y todavía el 3-2 (Willian José descontó la diana de Luis Suárez). Quedaba más de un cuarto de hora y aunque el Barcelona contaba con una interesante ventaja, no acabó de tenerlas todas consigo hasta que Arda Turan marcó el 4-2, en el minuto 80.

Ya con todo decidido, los dos contendientes se lanzaron, aún con más tesón, a por la portería contraria. Curiosamente, el hombre que había descorchado la borrachera de goles, Denis, se encargaba de poner el lazo a la segunda parte.

EL ‘REY DE COPAS’ // El Barcelona cumple con su tradición copera para alcanzar, por séptima temporada consecutiva (y 10ª en las últimas 11 campañas), las semifinales. La Real, por su parte, se queda a las puertas de la penúltima ronda, escaldada por los protestados arbitrajes tanto en San Sebastián como anoche, pero satisfecha por haber tenido que exigir una más que notable versión de los azulgrana.