El Barça y Tsunami Democràtic intentaron llegar a un acuerdo cara al clásico del 18 de diciembre a través de una negociación «informal» propiciada por un intermediario de confianza. Según informó ANC citando a fuentes del club y del movimiento que promueve el Sit and talk, después del anuncio de la movilización coincidiendo con el clásico, Tsunami y el Barça entraron en contacto con la voluntad de intentar pactar que fueran compatibles el partido y la reivindicación.

La negociación, llevada a cabo hace dos semanas, acabó fracasando. El movimiento pedía poder desplegar en un momento visible una gran pancarta en la grada con un mensaje suyo, pero el Barça rechazó la propuesta. Posteriormente, el club hizo una contraoferta que tampoco llegó a buen puerto. A estas alturas, los contactos no se han vuelto a repetir, según las dos partes.

«EL PEOR ESCENARIO» / La acción de protesta que Tsunami Democràtic prepara para el clásico ha disparado las elucubraciones. «El peor escenario», admite el comisario jefe de los Mossos d’Esquadra, Eduard Sallent, sería el de la invasión del terreno de juego por parte de los espectadores. Pero es una hipótesis «poco probable» tanto por las intenciones que ha comunicado Tsunami como por las informaciones que maneja la policía catalana.

Pero por inverosímil que parezca esta acción, la policía catalana prepara su plan teniéndola en cuenta y está todo concebido para repelerla. Para ello, la seguridad privada del club contará con el apoyo de agentes de los Mossos que estarán dentro del estadio y podrán entrar en el césped para sacar a los aficionados. Aquellos que invadieran el campo se enfrentarán a una multa económica, de hasta 6.000 euros, y a sanciones internas. Los socios podrían perder su condición. Además de las informaciones que manejan los Mossos, este castigo también resulta altamente disuasorio para los socios.

3.000 EFECTIVOS / El dispositivo para garantizar el clásico, que contará con 3.000 efectivos, está dirigido por los Mossos y Sallent no contempla que en él acaben participando agentes del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil. Sí lo harán de la Guardia Urbana de Barcelona, que actuarán para regular una movilidad muy complicada en los aledaños al estadio. La recomendación a los espectadores es que acudan con antelación y a pie o con el metro.

Los Mossos activarán filtros en el exterior desde el mediodía para detectar objetos que pudieran lanzarse al terreno de juego o armas. Unidades especiales como subsuelo, TEDAX o la canina inspeccionarán el recinto y el exterior. Será un primer cordón de seguridad que complicará y ralentizará la afluencia al campo.

El filtro más interior será ya dentro del estadio y se revisará el contenido de pancartas. Si contienen mensajes contrarios a la ley del deporte, el club impedirá que puedan entrar. El mensaje Spain, sit and talk no es contrario a la normativa. Los Mossos recuerdan que el partido se celebrará bajo la amenaza yihadista, que sigue a un nivel de 4 sobre 5 desde hace cuatro años, y que la seguridad pasará sobre todo por proteger a los asistentes que se den cita en el Nou Camp.