El Barcelona, sin brillo en el juego pero letal en ataque, remontó un partido que se le complicó ante un combativo Rayo Vallecano (3-1) y sumó otros tres puntos más en LaLiga antes del partido de Champions contra el Lyón.

Partido de entreguerras, en las gradas y también en el césped, donde los jugadores del Barcelona, después de cuatro partidos seguidos jugando lejos del Camp Nou, mostraron una versión diésel, pensando en la eliminatoria todavía abierta contra el Lyón.

Los locales desarrollaron un monólogo sin ideas en el que Arthur se empequeñecía. Por su parte, los visitantes llegaron a la meta local, tres aproximaciones que precedieron el tanto de Raúl de Tomás. El 9 del Rayo sorteó a Piqué y Semedo para inventarse un cañonazo ajustado al poste izquierdo de la meta azulgrana.

Se le complicaba el partido al Barcelona que remó, con más corazón que juego. El asedio tuvo premio y llegó a balón parado. Falta lateral trazada por Messi y Piqué, desde atrás, remató a placer para igualar el encuentro a seis minutos del descanso.

Tras el descanso, Messi culminaba la remontada de penalti con un sutil disparo raso. Tras el gol, mandaron los velocistas. Con Dembélé desbocado con sus carreras, ahogaba el líder al Rayo, que sacaba agua del barco.

Perdonó el visitante a la contra y Messi rozó, de nuevo, el tercero. Finalmente, los azulgranas cerraron el duelo con un gol de Luis Suárez, previa asistencia de Rakitic, en una acción iniciada por el francés Ousmane Dembélé.