Joan Barreda tuvo que bajarse de la moto en la 11ª etapa del Dakar, el pasado miércoles. Ya no podía aguantar más el dolor en sus maltrechas muñeca y rodilla. Prefirió no correr riesgos y se quedó en el vivac de Fiambalá. Ayer se encontraba en San Juan descansando e iniciando la recuperación de sus lesiones para cuanto antes —podría hacerlo antes de la conclusión de la prueba— regresar a España desde Argentina.

A buen seguro que fue un día extraño para el torreblanquino, ganador de tres etapas en esta edición —ya totaliza 21 y es el sexto piloto con más triunfos parciales en motos en toda la historia del mítico raid—, que explicó las sensaciones vividas los últimos días, emitidas en un comunicado de su equipo, el Monster Energy Honda Team. «No podía más. Desde que me caí y me golpeé la rodilla ha ido sufriendo mucho en cada etapa. Mi rodilla es inestable y tuve que cambiar mi posición de conducción encima de la moto, pero ni así», indicó.

Barreda ya llegó con dudas al inicio del Dakar, ya que aterrizó en Lima con la muñeca sin estar en las mejores condiciones e, incluso, tuvo que infiltrarse los primeros días por la fatiga de las etapas en Perú. Pero luego llegó la caída en Uyuni, en la que se dañó la rodilla y que le obligó a retirarse cuando solo restaban cuatro etapas: «El último día llegué al punto de no sentir la pierna y creo que, muy a pesar mío, la mejor decisión ha sido la de parar para no empeorar la situación; había que dejarlo aquí».

segundo de la general / El piloto de Torreblanca inició la 11ª etapa en la segunda posición de la clasificación general, a casi 40 minutos del austriaco Matthias Walkner, que se aupó al liderato el día anterior por la retirada, también por un accidente, del francés Adrien Van Beveren, que mandaba en la prueba.

Barreda todavía mantenía sus opciones para las últimas etapas, pero el dolor era tan fuerte que no pudo más y se tuvo que bajar de la moto. «Ha sido una lástima, porque estaba segundo en la general, pero en estas condiciones no podía luchar por ganar la carrera», concluyó Bang Bang.