Con una cara que denota fastidio y desilusión, Joan Barreda llegó al campamento de Salta, no como hubiera soñado, sino con un abandono consumado en Uyuni y la impotencia de no poder luchar hasta el final con esa obsesión que acarrea en sus seis participaciones: ganar el Dakar.

Tras no haber tomado la salida en la etapa de Uyuni a Salta, el piloto en Torreblanca enterró nuevamente en Bolivia sus ilusiones en su sexta participación en esta prueba de aventura en Sudamérica. Pero tiene muy clara una cosa: “Por supuesto que estaré en el próximo Dakar y trabajaré más que nunca porque quiero ganar esta carrera como sea”.

Lo que no parece tan seguro es con qué equipo tomará parte, puesto que hay dudas de si continuará en Honda. “Aún es muy pronto para hablar de cambiar de equipo pero, por suerte, puedo estar donde quiera y es lo que intentaré hacer en el futuro”, afirmó, a lo que añadió que “algo externo a mi no está bien. Hay un trabajo muy grande y de mucho tiempo que no se ha podido mostrar durante la carrera”.

Sobre lo que le ocurrió para tener que abandonar el mítico raid, Barreda señaló: “La versión oficial del equipo es un problema de motor del equipo en la cabeza del cilindro. Realmente la moto aguanta tres dakares con situaciones extremas. Ahora tengo que tomar decisiones y lo que tengo en claro es que algo no está bien y tengo que encontrarlo, porque al final el que repite el fallo es Joan Barreda y no Honda”. H