Por fin sonrió Joan Barreda al término de una etapa de esta cuadagésima edición del Rally Dakar. El de Torreblanca, mermado en las últimas dos jornadas por una caída que le afectó a su zona costal y que le alejó de los primeros puestos de la general, dio una exhibición en la sexta etapa.

Barreda completó los 477 kilómetros que unen Hail y Riad (capital de Arabia Saudí) dando una clase magistral de cómo conducir sobre las dunas, lo que le llevó a rozar la victoria y recortar tiempo a sus principales rivales, ascendiendo desde la séptima hasta la quinta plaza de la general.

La gran actuación del torreblanquino solo fue superada por su compañero de equipo Ricky Brabec, que sigue inconmensurable en este rally y es líder con casi 21 minutos de ventaja sobre el chileno Pablo Quintanilla.

ELOGIOS A BRABEC / Respecto al nivel mostrado por Brabec en el primer tramo de la carrera (hoy es jornada de descanso) Barreda aseguró que «está intratable», por lo que consideró que será complicado alcanzarle en las próximas etapas, ya que le separan cerca de 33 minutos de distancia.

No en vano, Barreda se mostró optimista cara a la segunda semana de competición, cuando la carrera emprenderá rumbo al desierto de Rub al-Jali, un espacio de 650.000 kilómetros cuadrados lleno de dunas y prácticamente deshabitado. Ayer, ya hubieron dunas que Barreda aprovechó para conseguir el mejor resultado en este Dakar, tras cinco días donde el rally se desarrolló por un hábitat más hostil de caminos de montaña, con muchas rocas.

«Prefiero las dunas porque me siento más en mi hábitat, es lo que siempre he corrido. La verdad es que no recuerdo muchas carreras con tanto días seguidos de piedras y rocas», señaló.

Por último, explicó cómo se encuentra físicamente para las próximas etapas. «Hace dos días apenas podía respirar, ahora me molesta bastante, sobre todo en las montañas por el frío, pero espero que con el trabajo de los fisioterapeutas vaya a mejor y no me afecte», concluyó.