Roberto Bautista, 13 favorito, se deshizo del argentino Guido Pella por 6-3, 6-1 y 6-1, para avanzar a la segunda ronda del Abierto de Australia.

Con la experiencia de haber alcanzado dos veces los octavos de final de este torneo, y tras ganar recientemente el quinto de su carrera en Chennai (India) el castellonense jugó con tranquilidad y dominó a Pella en 84 minutos, rompiéndole su servicio en seis ocasiones.

Bautista se enfrentará en segunda ronda contra el japonés Yoshihito Nishioka, 99 del mundo, que derrotó al australiano Alex Bolt, por 6-4, 1-6, 6-2 y 6-4.

"Es importante ganar igual que sean en tres o cinco sets", dijo Bautista, "sobre todo empezar bien, creo que he hecho tres sets muy buenos, he entrado con buen pié aquí, jugando con determinación y agresividad que era uno de los objetivos", señaló.

"He jugado muy completo, he sacado bien, he restado bien he jugado bien de derecha y de revés", dijo Bautista que añadió que está disponible para la eliminatoria de Copa Davis contra Croacia.

"Ya hablé con Conchita y le he dicho que estoy disponible, a menos que me pase alguna cosa rara", explicó.

Derrota de Sorribes

Peor le fueron las cosas en su debut a Sara Sorribes, que cayó ante Karolina Pliskova, quinta favorita. La checa no dio opción a la valldeuxense al derrotarla por 6-2 y 6-0.

En una jornada en la que a primeras horas de la mañana la temperatura era ya de 31 grados (se espera una máxima de 35), Pliskova avanzó en 61 minutos.

La diferencia entre la número cinco mundial y la 106 se hizo evidente en la Rod Laver Arena. Pliskova, con siete títulos en su palmarés, uno ya este año en Brisbane, es una asidua a este torneo, con cinco apariciones, alcanzado la tercera ronda en los dos últimos años, mientras que Sorribes jugó en el 2016 la fase previa, y esta era su primera participación en el cuadro principal.

La número uno provincial aguantó como pudo el vendaval de golpes de la checa, que tomaba rápidamente el control de los intercambios para desplazar a su antojo a la española. La checa además, colocó cinco saques directos y mantuvo su servicio intocable, mientras que Sorribes lo cedió en seis ocasiones.