Roberto Bautista se despidió de Wimbledon. Pero lo hizo a lo grande, luchando de tú a tú con Novak Djokovic, en la pugna por una plaza en la final del domingo. Lo intentó en todo momento, pero el rival no era un jugador cualquiera. Se trataba del actual número uno del mundo y vigente campeón sobre la hierba del All England Club. Un hueso muy duro de roer pese que a los duelos que ambos habían disputado hasta la fecha en este 2019 habían caído del lado del castellonense, que obligó al serbio a jugar a tope para llevarse la semifinal en cuatro sets (6-2, 4-6, 6-3 y 6-2) en dos horas y 50 minutos.

Fue el final de un sueño, pero Rober cayó con dignidad, esforzándose en cada punto y dándolo todo en cada acción. Tuvo los ánimos de sus amigos —los que estaban en Ibiza celebrando su despedida el pasado miércoles—, que se sentaron en una zona privilegiada detrás de su entrenador, Pepe Vendrell, y su asesor, Tomás Carbonell, y también muy cerca de su futura esposa, Ana Bodí. Todos ellos dieron aliento a Bautista, que miraba una y otra vez a la zona. En la pista central también estuvieron, entre otros rostros conocidos, David Beckham o Sir Alex Ferguson, que disfrutaron con el juego del castellonense.

Rober no pudo impedir que Djokovic alcanzase su sexta final en Wimbledon, lo que le permitirá luchar por su quinta corona en el tercer Grand Slam de la temporada, aunque sí consiguió arrebatarle una manga. En ese momento, con empate a uno, el sueño seguía vivo, sobre todo por la extraordinaria imagen que el tenista castellonense ofreció en la segunda manga, superando en todo al serbio y aguantando a la perfección todos sus intentos por recuperar el break que le hizo en los primeros compases del set.

Nervios iniciales / Esta segunda manga sirvió a Bautista para quitarse los nervios iniciales, ya que le costó entrar en juego. Tal vez fuera el estreno en la central, que puede impresionar, y esto lo aprovechó Djokovic para tomar una ventaja decisiva para apuntarse el primer set. Rober tardó 18 minutos en lograr su primer juego (3-1) y en ese momento mejoró sus prestaciones, pero el serbio estaba lanzado y apenas necesitó 38 minutos para cerrarlo.

Tras igualar la contienda, el tercer set se antojaba decisivo. Djokovic se recuperó y se lo llevó, al igual que el cuarto, en un último juego que definió el choque. Hasta cinco pelotas de partido necesitó el número uno para poder festejar un trabajado triunfo.

Rober no pudo completar la hazaña de llegar a la final, pero ha realizado un extraordinario torneo, que le permite ascender al puesto 13 del ránking, igualando su mejor registro, y situarse el séptimo de la Race to London. Como él mismo dijo tras el partido: «Me voy con los deberes hechos y muy contento».