Decía Rafa Nadal este sábado, antes de afrontar la final de la Copa Davis, que no existía un buen final de semana posible para Roberto Bautista, que regresó al equipo después del entierro de su padre, pero el castellonense ha puesto todo de su parte y ha encarrilado el título para España con una emotiva victoria ante el canadiense Félix Auger-Aliassime (7-6, 6-3), con la Caja Mágica llena y rendida al coraje del valenciano.

El segundo punto de la eliminatoria lo juega a continuación el número uno del mundo Rafa Nadal, ante el canadiense de 20 años Denis Shapovalov, cabeza de serie de los americanos; para cerrar el título para España ante la presencia del barcelonista Piqué y del Rey Felipe VI en el palco.

Después de que Shakira hubiera convertido la Caja Mágica en una sala de conciertos para la televisión, al menos por unos minutos (menos de diez), Bautista sabía que tenía que ejercer sus mejores funciones de resistencia y perseverancia ante Auger-Aliassime, 21 del mundo con 19 años, inédito en el torneo por problemas físicos, con una planta envidiable y unas posibilidades infinitas en la pista.

CONSISTENCIA ANTE EL TALENTO

La mejor táctica de ataque española era insistir hasta forzar los errores del canadiense, que aparecieron y le ofrecieron posibilidades a un Bautista al que le costó sudor y agilidad mantener su servicio en el primer set. No hubo rotura hasta el 5-3 del desempate, fue para Bautista y propició la victoria española en el parcial.

El impulso le duró a Bautista hasta el 3-0 del segundo set, con rotura de servicio y errores tan poco forzados como oportunos del canadiense incluidos. Auger-Aliassime siguió mostrando su talento, forzó situaciones complicadas, pero su poca fiabilidad propició el éxito de un Bautista muy consistente (19 errores no forzados por 45 del canadiense) que terminó celebrando la victoria emocionado junto a la grada y abrazado a sus compañeros.