No hay ronda sin sorpresa en este emocionante Mundial de Rusia, que ya en su preámbulo prescindió de la tetracampeona Italia y que a cada paso que da se deja títulos por el camino. Tras el desastre alemán en la fase de grupos y la cantada española en octavos, el torneo perdió este viernes otra pieza de caza mayor, acaso la más grande. Brasil se despidió de Rusia noqueada por una Bélgica que obtuvo justo premio a la valentía de Robert Martínez (1-2), lo que tras el adiós de Uruguay ante Francia, deja el Mundial convertido en una Eurocopa. Francia y Bélgica jugarán el martes la primera semifinal.

Ni Messi, ni Cristiano Ronaldo ni tampoco Neymar levantarán la copa el 21 de julio. El campeonato parece decidido a llevar a cabo una renovación en el panorama de estrellas del fútbol mundial. Hazard y De Bruyne brillaron con intensidad suficiente en el firmamento de Kazán como para reclamar un lugar en él. Aunque, visto desde España, lo más envidiado de ese firmamento será Robert Martínez, con la esperanza de que cambie los diablos rojos por una Roja que dejó hace tiempo de hacer diabluras.

Poderoso Lukaku

Si España desaprovechó el autogol de Ignashevich a los 11 minutos, Bélgica sí sacó tajada del que se marcó Fernandinho a los 13. Lejos de conformarse con el 0-1, los europeos dejaron siempre descolgados a sus tres hombres de ataque (Lukaku, el ‘falso nueve’ De Bruyne y Hazard) para aprovechar los espacios que iba a tener que dejar Brasil. Y en un contragolpe lanzado por un atropellado pero poderoso Lukaku encontró el premio. El delantero del United trazó un pase para el jugador del City y este con trallazo cruzado que ¿voló un palmo por encima del césped anotó el segundo (0-2).

A Bob Martínez le estaba saliendo bien su apuesta por defender con una línea de cuatro y no con tres centrales como venía haciendo. Chadli y Fellaini, premiados por los goles de la remontada ante Japón en octavos, acompañaban a Witsel en un centro del campo que pese a los constantes errores de Fellaini se imponía a la medular brasileña, en la que Fernandinho, y no solo por el autogol, puso en valor al sancionado Casemiro.

Un remate con el muslo de Thiago Silva en un córner que por extraño casi sorprende a Courtois (m. 8) y otro con la rodilla de Paulinho (m. 10) en otro saque de esquina nuevamente peinado por Miranda en el primer palo precedieron al 0-1, también a balón parado. Kompany cabeceó un córner con la coronilla y el intento de despejar de cabeza de Fernandinho sorprendió a Alisson (m. 13).

Courtois se reivindica

Brasil probó a Courtois con tiros lejanos, pero entonces fue Courtois quien se reivindicó como uno de los mejores porteros del mundo, una pelea en la que está saliendo ganador sobre el privilegiado Neuer, el olvidado Ter Stegen y el transparente De Gea. Gabriel Jesus tuvo la ocasión de fusilarle solo en el área, pero un triste disparo mantuvo el casillero de goles del nueve titular de Brasil a cero en este Mundial.

El trabajo se redobló para Courtois en la segunda mitad. Entonces sí, Bélgica dio un paso atrás, notablemente cansada, y Brasil se fue a por todas, especialmente por la banda izquierda, pero no tanto por Neymar como por Marcelo, desbocado como si de una noche de Champions se tratara. Ney protagonizó un piscinazo tan miserable que él mismo conminó a sus compañeros a no pedir el VAR para evitar una amarilla que le habría apartado de la semifinal. El árbitro tampoco señaló después un posible penalti de Kompany a Gabriel Jesús (m. 56). Ni recurrió al VAR.

Marca Renato Augusto

Hazard malogró un contragolpe lanzado por De Bruyne al optar por un disparo imposible obviando la entrada de Lukaku como un tren por la derecha. Era una sentencia que Bélgica necesitaba, porque acabó convertida en un flan. Tite dio entrada a Firmino, Douglas Costa y Renato Augusto, y este último, jugador del Beijing Guoan de la Superliga China, redujo distancias nada más salir al cabecear un centro medido de Coutinho (m. 76).

Los diablos rojos se convirtieron en querubines atemorizados ante un Brasil que creía en la remontada. Un remate de Firmino rozó la escuadra (m. 78), Renato Augusto marró el doblete solo ante el portero (m. 80) y Coutinho remató desviado tras un gran desborde y pase atrás de Neymar (m. 84), que aún tuvo tiempo de fingir un nuevo penalti y de exigir una nueva estirada de un majestuoso Courtois (m. 93). Si hace cuatro años la pentacampeona se despidió humillada en semifinales, esta vez cayó con honor, pero una ronda antes.