No hay ronda sin sorpresa en este emocionante Mundial, que ya en su preámbulo prescindió de la tetracampeona Italia y que a cada paso que da se deja títulos por el camino. Tras el desastre alemán en la fase de grupos y la cantada española en octavos, el torneo perdió este viernes otra pieza de caza mayor, acaso la más grande. Brasil se despidió de Rusia noqueada por una Bélgica que, aunque acabó sufriendo, obtuvo justo premio a la valentía del técnico Roberto Martínez.

Bélgica sacó tajada del gol que se marcó Fernandinho a los 13 minutos en un saque de esquina. Lejos de conformarse con el 0-1, los europeos dejaron siempre descolgados a sus tres hombres de ataque (Lukaku, el falso nueve De Bruyne y Hazard) para aprovechar los espacios que iba a tener que dejar Brasil. Y en un contragolpe lanzado por un atropellado pero poderoso Lukaku encontró el premio. El delantero del United trazó un pase para el jugador del City, cuyo trallazo cruzado voló un palmo por encima del césped hasta la red (0-2).

Brasil probó a Courtois con tiros lejanos, pero entonces fue el portero quien se reivindicó como uno de los mejores del mundo. El trabajo se redobló para Courtois en la segunda mitad. Bélgica dio un paso atrás, notablemente cansada, y Brasil se fue a por todas, especialmente por la banda izquierda, no tanto por Neymar como por Marcelo, desbocado como si de una noche de Champions se tratara. Ney protagonizó un piscinazo tan miserable que él mismo pidió que no se consultara el VAR. Una tarjeta amarilla le dejaba sin semifinales, aunque se las perderá igualmente. Después el árbitro no quiso recurrir a la tecnología ante un posible penalti de Kompany a Gabriel Jesús.

Brasil empuja hasta el final // Hazard malogró en un contragolpe una sentencia que Bélgica necesitaba, porque acabó hecha en un flan. Tite dio entrada a Firmino, Douglas Costa y Renato Augusto, todos con acierto. El último, que milita en la Superliga china, redujo distancias nada más salir al cabecear un gran centro medido de Coutinho (m. 76).

Los diablos rojos se convirtieron en querubines atemorizados ante un Brasil que creía en la remontada. Un remate de Firmino rozó la escuadra (m. 78), Renato Augusto marró el doblete solo ante el portero (m. 80) y Coutinho remató desviado tras un gran desborde y pase atrás de Neymar (m. 84), que aún tuvo tiempo de fingir un nuevo penalti y de exigir una nueva estirada de un majestuoso arquero Courtois (m. 93). Si hace cuatro años la pentacampeona se despidió humillada en semifinales, esta vez cayó con honor, pero una ronda antes.