Mireia Belmonte consiguió la medalla de oro en los 200 mariposa (2.05.26 minutos), con lo que completa su particular triple corona, ya que anteriormente había conseguido el oro olímpico (Río de Janeiro 2016) y también en un Campeonato de Europa (Berlín 2014).

Además es la cuarta del equipo español en Budapest, tras la plata conseguida por ella misma en el 1.500 y las dos de este mismo metal de Ona Carbonell en las pruebas de dúo en sincronizada. A este podio hay que añadir la del equipo femenino de waterpolo, que será de oro o de plata, ya que esta noche (20.30 horas) disputa la final contra Estados Unidos.

Belmonte estuvo acompañada en el podio por la alemana Franziska Hentke (2.05.26) y la húngara Katinka Hosszú (2.06.02), tras una final con suspense, ya que tuvo que alargar la última brazada, debido a la proximidad de la alemana, que se quedó a solo 13 centésimas de la española. El bronce fue para local Hosszú, ante la locura de los aficionados magiares que volvieron a llenar las gradas del Duna Aréna.

La española nadó como siempre. Conservó en el primer cien y lo dio todo en el segundo. Pasó el primer 50 sexta con 28.61, 41 centésimas por encima de la surcoreana An Senyeon. Nadando por la calle tres, entre Zhang y Hosszú, la húngara fue su referencia en todo momento. Por el 100, Hosszú pasó primera (1:00.41), Belmonte tocó segunda (1:00.55) y a partir de ese momento empezó su aceleración.

43 podios en grandes citas / Se trata de la quinta medalla de la española en unos Mundiales, pero la cifra se dispara si se computan todas las grandes competiciones, ya que el número se eleva a 43 (22 oros, 14 platas y 7 bronces). De estas, cuatro son en Juegos Olímpicos, cinco en Mundiales, 10 en Mundiales de piscina corta, 13 en Europeos y 11 en Europeos de piscina corta.

Y tras firmar la triple corona, Belmonte no dudó en señalar que estaba «súper emocionada y contenta» por haber logrado este título. «Esta era la medalla que me faltaba y por este motivo la alegría es tanta», señaló.

Pero esta satisfacción no lo era tanto por la mañana, ya que como dijo tras la final «me he levantado muy enferma, con dolor de cabeza y de garganta. Pensaba que no sé como voy a competir esta tarde. Pero descansé y me he recuperado», argumentó Belmonte, quien admitió que seguramente por ese motivo nadó con menos nervios que en las semifinales del pasado miércoles.