También, como todos, el snooker se ha convertido en un deporte televisado. Y sin público. Como otros grandes deportes, el snooker tiene, por supuesto, su Triple Corona (Campeonato del Reino Unido, Masters y Campeonato del Mundo), que, de conseguirla, da derecho a lucirla (en plan estrellas de la Champions) sobre el corazón del chaleco del jugador tricampeón.

Pues bien, ayer, en un desértico Marshall Arena, de Milton Keynes (Inglaterra), uno de esos grandes, inmensos y míticos campeonísimos, John Higgins, de 45 años, ganador de 30 torneos y 4 campeonatos del mundo, fue derrotado por el jovencísimo chino Yan Bingtao, que, como el propio campeón británico reconoció, podría ser perfectamente mi hijo, en la final del Masters-2021 (10-8).

Bingtao, ya entre los diez mejores jugadores del mundo pese a su enorme juventud, ha revolucionado el mundo del snooker, pues para alcanzar la final venció por apretadísimos 6-5 a tres figuras mundiales como Neil Robertson, Stephen Maguire y, en semifinales, nada más y nada menos que al último maestro, Stuart Bengham.

Admiración mundial

El joven chino, que el año pasado, con solo 19 años, ya había ganado el Masters de Riga, estuvo a punto de igualar ayer la gesta del que muchos consideran el más grande de todos, Ronnie OSullivan, el amigo de los Rolling Stones, que conquistó el Masters, con solo 19 años, y, curiosamente, también derrotando a Higgins, en la final de 1995.

Bingtao, que empieza a hacer sombra a su compatriota Ding Junhui, hasta ahora el único jugador chino que plantaba cara a los auténticos campeones británicos, ha sido altamente elogiado no solo por su juego virtuoso y, sobre todo, potencia en el golpe, así como estrategia agresiva y determinación, sino por su enorme inteligencia y fuerza mental, que le hace mostrarse indiferente, impasible, frente a cualquier adversidad durante sus partidas.

Es más, Bingtao, que empezó la final por debajo en el marcador (5-3, al mejor de 10 triunfos), siguió perdiendo por 7-5, supo remontar con enorme eficacia y perserverancia hasta el 7-8, para terminar imponiéndose, en la partida 18 de las 19 a las que estaba programada la finalísima, con un contudente y claro 8-10.

"Podría ser mi hijo"

El jugador chino, que lanzó su puño derecho al aire al lograr el punto del campeonato (ese fue su único gesto a lo largo de más de cinco horas de encuentro con Higgins, que fue el primero en felicitarle), vive en Sheffield (Inglaterra) y se embolsó 250.000 libras esterlinas (280.000 euros) como premio. Estoy muy emocionado, dijo Bingtao. Me imaginaba cómo iba a celebrar este triunfo, pero, en los últimos juegos, no he estado muy bien y dudé, dudé mucho, aunque en el snooker jamás hay que rendirse.

Es un gran logro haber ganado el Masters con tan solo 20 años, comentó Higgins, que recordó que Yan tiene, más o menos, la edad de mi hijo. Para el perdedor, China debe estar muy orgullosa de su campeón, de Yan, que lo tiene todo para ganar también el campeonato del mundo próximamente. No tiene nada que aprender de los demás y, en el apartado táctico, está preparado para cualquier reto.

Lluvia de elogios

El poder, la capacidad de juego de Bingtao, su determinación y, sobre todo, su mentalidad ganadora e inquebrantable, no es nada nuevo para Higgins, que aún recuerda como, en la final de la Copa del Mundo del 2015, Yan y su compañero de equipo, Zhou Yuelong, les ganaron la final a él y a Stephen Maguire, una pareja que parecía invencible. Y Bingtao, entonces, tenía solo 15 años!

John Parrott, campeón mundial en 1991, dijo en la BBC Two que la victoria de Bingtao había sido algo único y espectacular, muy, muy merecida. No es fácil, con 20 años, presentarte aquí y enfrentarte a los mayores. Es un logro increíble para un muchacho de 20 años, que empezó abajo 5-3 y 7-5 para remontar hasta el 8-10. El último jugador de 20 años que vi con un juego tan completo, variado y decisivo fue, precisamente, John Higgins, que ahora se ha tenido que inclinar ante este muchacho impresionante. Para lograr una victoria así ante un rival tan grande, en una competición tan dura, se necesita talento, pero también carácter y temperamento. El de Bingtao es a prueba de balas".