Ha sido el verano que más movimiento ha habido en los despachos de los últimos años, en lo que se refiere a incorporaciones, en el Bisontes Castellón. Y es que en total han sido seis los nuevos jugadores que han decidido pasar a formar parte del segundo proyecto del club azulón en la categoría de plata del fútbol sala nacional, en el que continúan siete. Una apuesta ambiciosa que tiene como objetivo consolidarse, sin renunciar a dar un paso adelante. Así, si en el regreso a Segunda División A la entidad que preside Joaquín Sánchez Amorós concluyeron en 10ª posición sin pasar apuros para salvarse, ahora pretenden repetir la hazaña subiendo algún peldaño.

No obstante, en ningún caso piensan que son favoritos al ascenso, un hecho que reconocen tanto el mandatario como el entrenador, Manolín. «Considero que nos hemos reforzado bien, pero somos conscientes de lo complicada que es la categoría y nuestra primera misión es consolidarnos e ir creciendo poco a poco, para en un futuro intentar dar el salto de categoría», indica Sánchez Amorós. En este sentido, el técnico valldeuxense admite: «Vamos a trabajar con humildad, como hicimos la pasada temporada, y en mi caso debo cohesionar el grupo, en el que la mitad son nuevos». «La intención es volver a quedar entre los 10 primeros y si suena la flauta meternos en el play-off, pero este no es nuestra principal misión», detalla.

Un mayor presupuesto

El incremento del presupuesto para este ejercicio —se ha pasado de 170.000 a 200.000 euros— es uno de los motivos que ha permitido confeccionar una plantilla (ver gráfico) de garantías, a la que se han unido jugadores jóvenes con un gran futuro por delante y que cuentan con experiencia en la categoría. Es así como el Bisontes pretende seguir creciendo, pero sin olvidarse de la cantera, por la que también se ha hecho una gran apuesta.

Y otro factor importante es la afición. El pasado año fueron 1.700 los abonados y el objetivo para esta temporada es igualar o superar esta cifra. De momento, se ronda el millar, pero «aquí somos de esperar a última hora y ya ocurrió lo mismo hace un año», señala Sánchez Amorós.