Castalia como punto de partida y, casi, también como punto final. Suena a tópico, al discurso acostumbrado, a que es la tabla de salvación, pero cuando la realidad es tan evidente... Con siete encuentros en casa y cinco fuera, teniendo en cuenta que el Castellón todavía ni se ha estrenado a domicilio, todo pasa por lo que suceda en el coliseo albinegro.

De los aún numerosos candidatos a evitar el descenso, el Castellón y el Alcoyano son los únicos a los que les quedan dos partidos más ante su público que desplazamientos. Al contrario que el Ontinyent, por ejemplo, que invierte este orden.

Sin embargo, los albinegros necesitan incrementar ostensiblemente su producción. Llevan 15 puntos en casa sobre 36 (tres victorias, seis empates y tres derrotas), un 41,2%. Necesitarían, para tener ciertas garantías, al menos otros tantos... en los siete compromisos en el coliseo de la avenida Benicàssim. Esos hipotéticos 15, unidos a los 25 que sí están asegurados en el casillero, colocaría a los orelluts con 40. Con esos, rascando algún empate más a domicilio -y, por simple cuestión de estadística, una victoria más fuera, que tiene que llegar, irremediablemente-, optaría, con esa horquilla definida de 43-45 puntos, para no convertir en efímero su paso por la categoría de bronce, tras siete años en Tercera.

NO DEMASIADO ESPINOSO

Desde el punto de vista de la clasificación, los adversarios que todavía tienen que desfilar por Castalia no dibujan un camino especialmente espinoso. Quitando Hércules (marcha cuarto), Barcelona B (séptimo) y Olot (actualmente noveno), el resto son del segundo y tercer vagón. Empezando por al Atlético Levante (13º), al que, en supuesto de derrotar este domingo desde las 17.15 horas (À Punt y Footters), el Castellón meterá en el mismo furgón. Además, Badalona (10º), Ejea (11º) y Peralada-Girona B (17º) completan los huéspedes albinegros, obligados a comportarse en las antípodas de un buen anfitrión.

Para la primera de esas visitas, Óscar Cano cuenta con las ausencias de Marc Castells y Elián Guillén, con las más que serias dudas de Kilian Morante y Pablo Roig, que aún no han trabajado esta semana en igualdad de condiciones respecto a los demás.