Bojan Krkic anda ahora de vacaciones, relajado tras hacer una aceptable campaña con el Stoke, nada que ver con el suplicio que tuvo que pasar en la temporada 2007-08, cuando angustiado en el Barça tuvo que renunciar a la selección y a jugar la Eurocopa de Austria y Suiza, donde España se proclamó campeona de Europa con Luis Aragonés.

El exjugador del Barça explica con todo tipo de detalles en una larga entrevista en el diario 'MARCA' el calvario por el que tuvo que pasar y los motivos de renunciar a 'La Roja', a la que le gustaría volver en el futuro.

"Hasta enero llevé bien la situación. Un día fui a la inauguración de un gimnasio que abría un amigo mío. Nada más acabar el acto, todo el mundo se levantó y vino hacía mí. Era un sitio pequeño y me sentí muy agobiado. Llevaba un jersey y una chaqueta y comencé a tener mucho calor. Fui corriendo al baño para quitarme la ropa. Comencé a sentir un mareo muy fuerte y constante. A partir de ese momento la situación ya estaba cambiando hasta el partido contra Osasuna en el que empecé a sentirme mareado", explica Bojan para relatar el inicio del suplicio que le tocó vivir. "Antes del encuentro me mareé un poco en el hotel. El míster dio la alineación y me puso de titular."

"Algo tenía que hacer y en el bus le comenté al doctor que me sentía un poco bajo. Me dio una pastilla de cafeína y jugué el partido bien. Llegué a casa y con la bajada de tensión me tumbé en la cama. Y de repente me puse a temblar y me entraron convulsiones. Fue un momento de mucho nerviosismo por parte de los tres (estaba con mis padres). Me llevaron al hospital donde pasé toda la noche y me tranquilizaron. A partir de ese momento comenzó todo y pasé a estar mareado todos los días. Era un ataque de ansiedad bastante fuerte. Algo que no podía controlar y mi cuerpo llegaba a un punto de tensión máxima. Me dieron unas pastillas y me tranquilizaron".

UNA PERSONA SENSIBLE

En otro momento de la entrevista, el delantero explica por qué cree que le sucedió este episodio. "Yo era un persona muy sensible, las cosas me afectaban mucho y tenía el mundo del fútbol muy idealizado. Cuando me tocó vivirlo, la cosa cambió por la repercusión de jugar en un equipo grande, estar rodeado de futbolistas importantes, comenzar a meter goles y a destacar. La presión se me vino encima. Uno cree que lo tiene todo controlado, pero no es así. Los mareos eran constantes, no había un momento en el que me encontrara bien. Me medicaba constantemente, pero especialmente cuando iba a los entrenamientos y a los partidos. Entre la concentración y las pastillas lograba ser fuerte en esos momentos".

Con la medicación, el entonces azulgrana explica que fue tirando pero sin poderse sacar de encima el agobio anímico."Con la medicación estaba bien físicamente y hasta final de temporada sólo me perdí dos partidos, pero realmente estaba al límite. Esta situación sólo la sabían mis padres, mi novia y mi abogado, sólo gente muy cercana".

CERCA DEL DESMAYO

El desencadenante llegó con la llamada de la selección para la Eurocopa. "Fue una situación muy dura, pero a la vez muy clara. Estaba al límite. Iba a los partidos con una tensión constante por la posibilidad de caerme desmayado. Luis me llamó el día antes de dar la lista. Yo viajaba con mi madre del pueblo a Barcelona para entrenar, porque me iba muchos días a mi pueblo para alejarme de todo. Me dijo que tenían la intención de convocarme. Le respondí que obviamente quería ir. ¡Es que me estaba llamando el seleccionador de España para ir a una Eurocopa, algo increíble con 17 años! Pero le dije que no: "Me acabo de tomar una pastilla, estoy yendo a entrenar, no puedo, estoy muy al límite. Tengo miedo de ir a la selección y que en el viaje o en algún momento con mucha gente me pase algo. Además voy solo y no me veo con fuerzas para afrontar esta situación". Me dolió muchísimo, a cualquier chaval le gustaría ir a una Eurocopa, pero no. Me dijo que me lo pensara y que él hablaría con Puyi (Carles Puyol)".

Todo sucedió a 24 horas de dar la lista definitiva. Y ni la intervención del capitán del Barça lo arregló. "Llegué al vestuario y vino Puyi, que algo sabía pero no hasta el punto de que pudiera decir que no a la selección. Yo entrenaba y jugaba los partidos, lo que no sabía es que todo eso era con pastillas. Me dijo: "Yo no me voy a separar de ti, voy a estar a tu lado siempre, no te tienes que preocupar de nada. Además, Iniesta y Xavi también estarán siempre contigo". Yo le respondí: "Ya me conoces. Has visto cómo he afrontado todos los partidos y yo quiero estar en la Eurocopa, pero no puedo. Mi cuerpo ha dicho basta. Necesito estar tranquilo y recuperarme de estos mareos. Es muy incómodo estar las 24 horas del día mareado. No me veo preparado para viajar y estar con gente, no es el momento. No es porque no quiera, es que no puedo". Él entendió mi decisión y me dijo que estaría a mi lado".

INSULTOS E INCOMPRENSIÓN

Su decisión le apartó de la selección."Sí, y el titular que apareció en prensa es que la selección convocaba a Bojan y este decía que no. Esto me perjudicó mucho porque la gente empezó a pensar que de qué iba. Hablamos de cómo podíamos darle la vuelta. Decidimos dar una entrevista a TV-3 en la que dijimos que necesitaba vacaciones después de un año tan fuerte. Entre el titular de que Bojan dice no a la selección y el de que necesitaba vacaciones, la gente pensó que ese chaval ya podía cogerse las vacaciones y no volver más. Ese fin de semana fuimos a Murcia y el público comenzó a insultarme y a decirme de todo. En el estadio se produjeron cánticos contra mí. Fue el comienzo de una situación muy complicada".

"Acabó la temporada y paré. Me fui de vacaciones, desaparecí de Barcelona. Me aislé primero en mi pueblo y luego en Formentera en una época en la que no había nadie. Ahí logre desconectar de todo, necesitaba coger aire. Empecé a ir bajando la medicación y a mediados de junio la dejé del todo. Toda esa marea me sirvió mucho. Recuerdo que le preguntaba a mi madre: "Mamá, ¿se me va a quitar algún día este mareo?". Pero ella no tenía respuesta. Yo no sabía lo que me iba a pasar, pero estaba seguro que me haría mucho más fuerte.

LA MEJOR DECISIÓN

Pasados los años, Bojan afirma que volvería a tomar la misma decisión: "Nunca me arrepentiré de esa decisión. Es que estaba muy mal, al límite. No sabes lo que es estar mareado 24 horas día tras día durante cinco meses. No me levantaba un día que estuviera bien. Tenía que tomar Trankimazín para estar más centrado y tranquilo. En el momento de imaginar lo que era la selección, con compañeros nuevos y con la presión de una Eurocopa, vi que no podía. No era que no quisiera, es que no estaba preparado para afrontarlo".