El Amics no pudo refrendar su buen momento de forma tras caer de la manera más dolorosa, recibiendo la canasta definitiva a unas décimas del final, ante el Breogán (77-79). No fue el mejor partido de los castellonenses aunque tampoco el peor, pero este deporte tiene estas cosas y a veces te castiga de esta manera. Al menos, esta derrota sirve para darse cuenta de lo difícil que es cada partido en esta categoría y el mérito que tiene lo que están haciendo los pupilos de Toni Ten.

El inicio del partido no pudo ser más vistoso. Acierto en ambos bandos, transiciones rápidas.... Las canastas iban y veían, jugándose un interesante duelo bajo los aros con un inspirado Garrett y el gigantesco visitante Samb, una auténtica mole de 2,10 de altura al que no le costaba mucho ganar la posición en la zona. El perímetro visitante (especialmente el escolta Xabier) también se mostró acertado, con lo que se llegó a una situación delicada al filo del término (20-29).

En el segundo periodo, los locales apostaron por un cambio defensivo y echó mano de la mixta que otras veces le ha dado buenos resultados. Enjugaron la desventaja (35-34, min. 15), en pleno festival local, pero los gallegos mantuvieron el tipo y solo perdían por uno en el descanso.

Luego, dos triples de Manu Rodríguez estiraron el marcador hasta el 55-48 (min. 24). A partir de ahí, la diferencia se mantuvo estable, con las defensas más intensas y sin las altas cuotas de acierto de la fase anterior.

En el último cuarto, el Amics sobrevivía gracias a su fuerte defensa, los decibelios del PABELLÓN y a acciones aisladas como segundas opciones o tiros libres. El miedo se metió definitivamente en el cuerpo con el 71-74 a 2:21 del final. Ante el atasco ofensivo, Ten recurrió a su revulsivo habitual. Chema García puso el 77-74, pero el Breogán resistió y, en el último aliento, Samb anotó la canasta ganadora para los suyos. H