A los hinchas ingleses les cambia la cara cuando les preguntan por las consecuencias del brexit. Nadie sabe qué va a pasar y la frustración deriva en incomodidad por la incertidumbre. A día de hoy existe mucha confusión y el impacto de la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) en el sector del deporte vendrá con delay, dado que el Gobierno británico y el club comunitario tienen que negociar el encaje este 2020, el año de transición.

El escenario navegará entre unas condiciones de separación «duras» o «blandas», lo que determinará el efecto de las regulaciones, más o menos estrictas. No es ningún secreto que los 20 clubs de la joya de la corona del deporte inglés, la Premier League, estaban contra el brexit y ahora sufrirán sus consecuencias.

En principio, del impacto se escaparán los jugadores comunitarios que militan en la Premier a día de hoy y la principal preocupación tendrá que ver con la libre circulación de personas porque afectará al mercado de fichajes.

El escenario más probable es que los futbolistas de la UE necesiten un permiso de trabajo, lo que exigirá el cumplimiento de unos méritos muy exigentes: haber jugado un mínimo de partidos con una selección o satisfacer unos requisitos de salario, coste e historial. La BBC reparó en que más de 300 jugadores de la Premier, Championship y la Scottish Premiership no los habrían cumplido en su día. Es es caso de estrellas de la talla de N’Golo Kante (Chelsea) o Riyad Mahrez (City).

Resultará mucho más difícil reclutar promesas europeas de menos de 18 años para las academias. Las regulaciones de la FIFA sobre la protección de menores permiten el fichaje de jugadores de entre 16 y 18 años dentro de la UE. Cuando el próximo 31 de diciembre acabe la transición, el próximo Cesc Fábregas ya no podrá saltar del Barcelona al Arsenal.

Menos extranjeros

La Federación Inglesa (FA) presentó hace poco más de un año propuestas para limitar el número de extranjeros en los equipos de la Premier League, que podrían pasar de 17 a 12. Aún no se ha concretado, pero es un debate que llegará. La medida tendría un impacto enorme, sobre todo sobre los grandes. El Manchester City, por ejemplo, tendría que renunciar a más de un tercio del equipo.

Los futbolistas no son los únicos afectados. De los 20 clubs de la Premier, la mitad tienen entrenadores no británicos. Las caras más emblemáticas ahora mismo son Pep Guardiola, Jürgen Klopp y José Mourinho. No les será problemático lograr un visado. Ayer se enfrentaron el catalán y el portugués. Ganó el Tottenham (2-0) y además el Manchester City, que con 0-0, falló un penalti, perdió por lesión a Sterling.

Las perspectivas pueden ser más amables según las negociaciones entre el Reino Unido y la UE. Países como Noruega o Suiza están fuera de la UE, pero sus jugadores no cuentan como extracomunitarios. A día de hoy desde Inglaterra hay pocas esperanzas de que se pueda concretar un acuerdo de libre comercio, dadas las reticencias del actual Gobierno. La opción parece remota, aunque no imposible.

Económicamente, el deporte inglés también tiene que lidiar con inconvenientes financieros inmediatos. Una devaluación de la libra frente al euro resta competitividad a los clubs británicos para fichar jugadores.