Todavía de resaca por el histórico ascenso a Tercera División conseguido el sábado, “no sin sufrimiento” pero ya con la mente puesta en dar forma a un proyecto que permita al CD Almazora competir con “plenas garantias en Tercera”. El presidente del conjunto almazorense, Ramón Broch, no podía ayer ocultar la felicidad tras “el mejor premio posible a una larga temporada”.

Y es que regresar por segunda vez en sus 102 años de historia a la cuarta categoría del fútbol nacional no era “ni mucho menos” el objetivo del equipo en septiembre: “Nuestro objetivo era terminar en mitad tabla pero el gran bloque formado, con muchos jugadores del pueblo, y el inmejorable trabajo de Medall y su cuerpo técnico, ha permitido que el sueño del ascenso se haya convertido en una realidad”, reconoció.

“El ascenso a Tercera División es el mejor premio y el mejor reconocimiento a un proyecto humilde pero estable. Lograr subir es un triunfo de todo el club desde la escoleta al primer equipo”, argumentó el máximo dirigente del club de la Plana Alta.

No en vano, para Broch, el ascenso “ejercerá un efecto llamada muy beneficioso para todas las categorías y ejercerá de estímulo para nuestros cadetes y juveniles que ven un objetivo final de llegar a lo más alto dentro del club”.

MANTENER EL BLOQUE // Y hacerlo con el entrenador del ascenso a los mandos del primer equipo. “El trabajo de Medall y de su equipo ha sido de 10 por eso queremos que continuen y mantener también el bloque de jugadores que lo ha hecho posible”, adelantó.

Por último, Broch reconoció que el reto que viene es “difícil”: “Necesitaremos que afición y fútbol base sigan volcándose como hasta ahora y aún más apoyo de instituciones y empresas”. H