La selección española de balonmano arrancó anoche su andadura en el Mundial de Francia con una sufrida victoria (27-21) sobre Islandia, en un encuentro en el que España padeció lo imposible, hasta que logró ajustar definitivamente su defensa al inicio de la segunda parte.

Pese a la insistencia del seleccionador español Jordi Ribera en las jornadas previas de la necesidad de dotar a la defensa e la mayor solidez posible, a los Hispanos les costó un mundo asentar su retaguardia en el estreno.

Un problema que no sólo facilitó notablemente la tarea al conjunto islandés, sino que además, y quizá lo más importante, impidió a España desplegar el juego de contraataque que tan buenos réditos le dio durante la fase de preparación y sobre el que se sustentan gran parte de las opciones del conjunto español de pelear por las medallas.

Los españoles descansarán hoy y regresan mañana, a las 17.45 horas, ante Túnez.