Después de dirigir al primer equipo del Castellón, Jorge Peris tuvo que hacer las maletas para seguir haciendo lo que más le gusta: entrenar. Recibió la llamada del Al-Ahli de Catar, y allí que se fue. Comenzó dirigiendo al sub-17, la pasada campaña tomó las riendas del sub-19 y hace poco más de una semana llegó al primer equipo, donde competirá en la máxima categoría contra el Al-Sadd de Xavi Hernández o el Al Rayyan de Sergio García o Laudrup.

«Perdieron 0-4 contra un recién descendido y antes de que acabara ese partido me llamó Félix Carvallo, director de fútbol base, para decirme que el sheik —quien manda—, quería hablar conmigo». Así recuerda Peris cómo llegó a dirigir el Al-Ahli, último equipo de Guardiola como jugador. El debut ayer no le fue nada mal, pues ganó 0-2 al Markhiya, pasando a octavos de la Emir Cup.

Una experiencia diferente

El burrianense destaca las luces y sombras que ha encontrado en el fútbol del poderoso país. En el plano positivo, sus instalaciones: «Muchos equipos españoles de Primera no tienen nuestros campos. Para hacer los estadios del Mundial, tiran abajo los actuales y los levantan otra vez. Hasta los niños tienen el mejor material; aunque las botas cuesten 300 euros».

En el plano negativo, el nivel actual del fútbol catarí: «Están intentando mejorar y tienen algún jugador interesante como Akram, que fichó por el Villarreal, pero aún están verdes».

A la hora de señalar las causas de esta lenta progresión, apunta: «Los que nacen aquí no tienen necesidad de nada; no pagan impuestos y están muy protegidos. Todos tienen la vida solucionada cuando nacen y carecen de ídolos. Un jugador aquí cobra bien, pero tienen mejor sueldo los militares o policías, y además sus carreras son más largas, así que nadie quiere dedicarse al fútbol».

Pese a las diferencias que relata, Jorge Peris destaca que Catar «puede ser el país más seguro del mundo». Allí vive «muy cómodo» con su mujer y afirma que lo que más echa de menos son sus hijos. «Cuando los catarís van a España a veces les roban porque están acostumbrados a dejarse el coche abierto con las llaves puestas por el aire acondicionado», destaca un burrianense que se apoya también en Félix Carvallo, quien le llevó, José Collado y Rubén Mora.

Confiesa a su vez el entrenador que otro de los aspectos que más le llama la atención de su periplo por el país con mayor renta per cápita del planeta es que «basan su vida en la religión. Los partidos se ponen para que cuadren con el rezo». Por supuesto, el poder adquisitivo de los locales también sorprende: «Me dicen que las mujeres se suelen gastar 600 € a la semana en peluquería y después en la calle a ninguna se les ve el pelo. Se tapan para que solo las disfrute el marido. Culturalmente son opuestos a nosotros».

Castellón y Villarreal

Tuvo palabras por último para los dos clubs bandera de la provincia: «El Castellón se está llevando a un punto extremo. Se veía venir que podía pasar esto, pero si Cruz no tiene la solución debe dejar paso a otras personas porque ni el club ni la ciudad merecen esto». En clave amarilla afirma que se siente «muy identificado con el proyecto del Villarreal. El trabajo bien hecho da sus frutos».