Tengo que admitir que he meditado sobre la conveniencia de escribir este artículo. Los que nos dedicamos a esta profesión de informar, tenemos un deber: transmitirles de forma veraz lo que acontece, pero también con responsabilidad. En mi caso, este deber se extiende a la afición amarilla y a los profesionales que trabajan en el Villarreal. Y creo que Musacchio les está faltando en cierta medida al respeto. Le he visto crecer como futbolista vestido de amarillo. Respeto su ambición de intentar progresar en su carrera, pero pienso que el Villarreal no merece el desprecio a la camiseta y a la afición que, con su actitud, les está dispensando.

Lleva dos semanas sin entrenar con el grupo y se ha pasado la pretemporada en blanco por su expreso deseo. Es un gran futbolista, y siempre pensé que un buen chico. Pero el fútbol, a veces, contagia mal del altura a sus gentes. Lo normal hubiera sido que hubiese seguido entrenando pensando en la previa de la Champions con la idea de ayudar a sus compañeros, a la espera de que el Milan alcanzase un acuerdo con el Villarreal. ¿Qué pasará si no llega el traspaso? Roig no lo venderá si la oferta no es buena. ¿Qué pasaría si tuviese que quedarse? Creo que Mateo está mal aconsejado, y como profeso un gran respeto por la afición amarilla, así lo cuento. El Villarreal merece otra actitud. Musacchio no se parece ya al que yo conocía pero le deseo suerte... Y más respeto con los que le quieren, entre los que me sitúo. H