Solo vale ganar en Rusia. Esa es la premisa con la que el entrenador del Villarreal CF, Javier Calleja, quiere que su equipo afronte el encuentro de este próximo jueves (21.00 horas) ante el Spartak Moscú en la segunda jornada de la Europa League, tras el empate cosechado en la primera jornada en casa ante el Rangers (2-2).

"A mí me gusta diferenciar las competiciones. La liga ya está aparcada. Lo que quiero es estar pendientes de la Liga Europea. Hemos venido a ganar. Es un desafío muy importante", ha dicho este miércoles Calleja en rueda de prensa en el estadio del Spartak.

El míster del Submarino ha reconocido que "es una realidad" que Moscú ha sido escenario en los últimos tiempos de dolorosas derrotas del fútbol español, sea la selección en los octavos de final del Mundial o este martes el Real Madrid ante el CSKA. "Los resultados no han sido positivos. Estamos para romper las estadísticas y queremos acabar con esos resultados negativos. Hemos venido para ello, a hacer un buen partido e irnos con la victoria. Qué mejor momento que mañana para romper esa racha", ha confesado.

INTENSIDAD DESDE EL INICIO // El técnico cree que "el comienzo del partido va a ser una de las claves", ya que ha pronosticado que los rusos "saldrán con muchísima intensidad" y querrán "adelantarse rápido". "Debemos salir más concentrados que ellos. Buscaremos sorprenderles y ser los primeros en golpear. Si nos mantenemos fuerte atrás, el partido puede correr a nuestro favor", ha comentado el preparador madrileño.

En cuanto al hecho de que esta temporada el Spartak haya marcado todos sus goles a balón parado, ha reconocido que lo han tenido en cuenta a la hora de preparar el encuentro. Pero adestacó que, habitualmente, "la propuesta del Spartak es atractiva", ya que es un equipo que cuenta con "jugadores peligrosos" y siempre intenta "llevar la iniciativa".

ROTACIONES, PERO SIN EXCUSAS // Calleja ha adelantado que "habrá rotaciones" y, en cuanto al hecho de que en Moscú llueve y las temperaturas durante el partido serán frescas, respondió que "no hay excusas".