El Villarreal se adelantó en el marcador frente al Granada en la primera jornada. También lo haría posteriormente contra el Levante, Real Madrid y en la jornada anterior ante Osasuna. Todos estos partidos tienen en común que en ninguno de ellos el conjunto amarillo logró sumar tres puntos... Ayer, en la visita al Espanyol el equipo amarillo sí supo hacer valer el gol de Ekambi para consumar el triunfo y Javi Calleja no ocultó su apuesta: «Habrá veces que estaremos más acertados, otras que jugaremos más bonito, y en este partido hemos estado más prácticos. Ya teníamos la experiencia de ponernos por delante y no cerrar el marcador, y no nos ha vuelto a pasar».

El técnico afirmó tras la conclusión del choque que había incidido «en ser contundentes, valientes en campo contrario y defender bien las segundas jugadas». Lo cierto es que sus consignas dieron el resultado esperado: «Hemos tenido efectividad porque pese a no llegar muchas veces hemos podido ganar con una sólida defensa». No oculta el entrenador que este triunfo «permite seguir trabajando con alegría, como hasta ahora, pero sabiendo que esto es muy largo y hay máxima igualdad entre los equipos que luchan por Europa y los que pelearán por no descender».

Mención especial merecieron para Calleja dos hombres como Moi Gómez y Gerard, que se vaciaron durante los 90 minutos: «Son muy inteligentes y ayudan mucho al equipo. Nos dan soluciones y salidas. Gerard ha hecho un partido completísimo y ha luchado mucho en el cuerpo a cuerpo. Moi ha demostrado otra vez su gran talento y trabajo».

En cuanto al susto que dio el penalti señalado por Del Cerro Grande por un balón que claramente dio en el muslo de Pau y fue anulado por el VAR, el entrenador destacó lo siguiente: «Solo pasó la jugada, Pau ya dijo que no era penalti y no es un jugador que engañe. Por suerte se vio claro que el balón no le había golpeado en la mano». Por último, el entrenador no ocultaba su satisfacción por «tres puntos muy importantes que meten al equipo en la zona alta y sirven para despegarnos de abajo, sabiendo con humildad que queda un mundo por delante y que nadie ha conseguido ningún objetivo».