En la primera etapa de Calleja, el Villarreal jugó con un 4-4-2 con doble pivote y con centro del campo en rombo. También apostó en alguna ocasión por el 4-3-3, e incluso por un 4-2-3-1, el sistema con el que concluyó la pasada campaña. La última vuelta de tuerca que ha aplicado el técnico tras su regreso, es la de jugar con tres centrales. En los partidos frente a Valladolid y Espanyol la liena de tres estuvo formada por Funes Mori, Álvaro y Bonera, con Miguelón y Pedraza como carrileros. Tras probarlo frente al Espanyol, debió salir satisfecho, pues repitió once ante el Valladolid. Según se puede extraer de sus palabras, se perpetuará esta táctica: «En principio quiero darle continuidad, porque los jugadores están cómodos. Se compagina el juego interior con la llegada de los extremos».

Considera el entrenador que este sistema aporta más de lo que resta al equipo. Así lo justifica: «Era una opción que estuve analizando desde fuera para ver cómo podía sacarse más rendimiento a la plantilla. Sin perder el centro del campo y buscando creatividad y juego interior, creí que debíamos ganar profundidad por bandas y también consistencia defensiva. Pensé que se podía hacer quitando un defensa y colocando dos hombres en bandas, sin perder el centro del campo y llevando la iniciativa a través del balón y llegando por fuera. Estuve viendo otros equipos y analizando, y me decidí».

BUSCA EL EQUILIBRIO

Cuando se le pregunta a Calleja si su método subordinaba la defensa a otros parámetros del juego, el técnico contesta lo siguiente: «Es mentira, porque se confunde que a nivel defensivo nos tenemos que meter atrás y pensamos que se deben robotizar a los jugadores. La mejor manera de defender es tener el balón. Después, hay que recuperarlo lo más rápido posible apretando desde el que está más cerca del balón. Y, por último, si te superan, es cuando entra la reorganización. Si te rebasan, es cuando el jugador deben tener ciertas conductas que es en lo que estamos trabajando».

Afirma el madrileño que se mantendrá fiel a su filosofía: «No voy a cambiar la manera de ver el fútbol. Debemos dominar el juego y tenemos que mejorar: ser fuertes con balón. Pero no vamos a meternos detrás. Para un entrenador lo más fácil de trabajar es la defensa. Quiero que los jugadores piensen y tomen iniciativas. El entrenador no puede estar con un joystick meneando a los futbolistas, debe estar pendiente del juego. Mi sistema defensivo va en función del baló. Otros entrenadores prefieren cederlo al rival y esperar a pegar un pelotazo». Es por ello que para él la clave está en la «presión tras pérdida y llevar la iniciativa del juego».