Estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros». La frase del genio Groucho Marx puede extrapolarse al ideario de Javi Calleja, cambiando el verbo gustar por el de adaptarse. El entrenador del Villarreal es amante del fútbol de posesión y de jugar en el campo del rival, pero durante los 19 partidos de Liga que ha dirigido al primer equipo groguet ya se ha dado cuenta que una cuestión son las ideas propias y que te gustan porque se adaptan a tu filosofía, y otra diferente lo que dicta la competición y las circunstancias, léase propias o del rival, incluso las del hábitat.

Calleja es un técnico que lee bien el fútbol y sabe tomar decisiones rápidamente. Quizás, su único gran error durante su periplo en el banquillo del Villarreal fue el planteamiento del partido de ida de la Europa League en Lyón, donde rectificó, pero posiblemente demasiado tarde. En el Groupama Stadium puso en escena su rombo, el sistema en el que cree y que se podría catalogar, como decía Groucho Marx, a los principios que él defiende y son suyos. Aquella noche el rival le hizo mucho daño por las bandas. Fue consciente de ello y rectificó pero no llegó a tiempo, aunque logró corregir las goteras en la segunda parte.

Y ahora llega el partido de Eibar (21.30, beIN LaLiga). Un rival modesto pero que sabe esgrimir sus principios fútbolísticos con una habilidad que le ha llevado a acechar esos puestos europeos que defiende el Villarreal. Un oponente incómodo, que presiona muy arriba y de aquellos que ejercen un contrapunto al ideario de Calleja. Además, las dimensiones de Ipurua ayudan a la puesta en escena de la teoría eibarresa, con otro plus añadido que puede llegar de la amenaza de nevada, según los pronósticos metereológicos. Lluvía, frío y los copos de nieve pueden hacer del barro otro gran enemigo con un campo en malas condiciones.

Calleja, como Groucho, tiene otros principios para la ocasión, como ya quedó de manifiesto en el estadio del Espanyol, donde el Villarreal mereció ganar con holgura y ofreció uno de sus partidos más serios y fiables de la temporada. Se podría denominar el plan B de Calleja, readaptando el 4-4-2 de cabecera en un 4-2-3-1, que derivó ante los periquitos en mayor solidez y claras llegadas al área rival. Otra cuestión es la definición, es decir, la rentabilidad de las ocasiones de gol, un balance que ha restado puntos al Villarreal, que no anda sobrado de acierto. Pero apuntalar el juego defensivo es lo más importante ahora, y eso lo ha logrado el técnico.

Las novedades en Ipurua pueden ser Rukavina en el lateral izquierdo —el serbio es un comodín perfecto y seguro—, el regreso de Víctor Ruiz al eje de la zaga, y delante la pareja Javi Fuego y Rodrigo se apunta como ese principio básico del plan B del técnico. Fornals, que descansó ante el Getafe, parece fijo. La gran duda dentro de ese hipotético 4-2-3-1 serían los hombres de las bandas. Cheryshev, Soriano y Samu Castillejo son los favoritos para esos dos puestos, sin olvidar a Raba. En ataque todo apunta a que Enes Ünal será el referente, con la alternativa de Bacca. El cansancio de la última semana y la proximidad del siguiente partido ante el Girona el sábado a las 13.00 horas, marcan también la composición del once. La dosificación de esfuerzos es obligada.

HOY, LISTA Y VIAJE

El Villarreal viajará hoy, el mismo día del partido, hacia el País Vasco y hará noche, tras el encuentro, en Durango, para regresar a la mañana siguiente. Javier Calleja no ha dado lista de convocados para ganar tiempo en las decisiones y conocer mejor el estado de sus hombres. El Villarreal puede dejar al Eibar muy lejos de su alcance. Es una semana muy importante para las aspiraciones europeas. Primero con la vista puesta en la Europa League. Después, para mantener las opciones, lejanas en este momento, de colarse en la Champions. El plan B es igual de válido que el A para ganar.