No pudo ser. El Atlético es el mejor equipo como local del campeonato y acabó imponiéndose a un rival que ocupa puestos de descenso. El resultado entra por tanto dentro de la lógica, pero lo cierto es que el Villarreal vendió cara la derrota y su entrenador solo lamentó la falta de efectividad de los suyos en los metros finales: «Ha sido una cuestión de acierto. La primera ocasión clara la tuvimos nosotros y Oblak estuvo más acertado. Después el partido ha sido muy parejo, pero aprovecharon un desajuste defensivo y ahí estuvo la clave», lamentó Calleja.

El técnico del Submarino era consciente de que «para puntuar en un campo tan complicado había que hacerlo todo perfecto», y el Villarreal cometió fallos: «En partidos tan igualados el factor individual es muy importante y en el área rival hemos pecado de inocentes. Habíamos venido a ganar y en la segunda parte intentamos desequilibrar con Samu, Gerard y Pablo, pero no han llegado los goles», sentenciaba Calleja.

MÁXIMA PRESIÓN // Lo que sí es cierto es que después de la irregular dinámica del equipo, el margen de error se ha reducido hasta quedar prácticamente a cero. Así lo ve el propio entrenador: «El equipo sigue siendo fiable y venía con la intención de sacar algo positivo, pero no se ha conseguido y ahora nos viene un calendario clave con partidos contra rivales directos en los que hay que sumar de tres en tres». Incidía Javi Calleja que frente al Atlético «faltó claridad en las áreas», al tiempo que añadía que perder en el Wanda «no es un frenazo». Valoró por último la acción del segundo gol, en la que Víctor Ruiz no salta lo suficiente como para evitar que el disparo de Saúl entrara en la portería: «Víctor pensaba que el balón tocaba el larguero y le sorprendió la acción».

Por su parte, Diego Simeone, entrenador del Atlético de Madrid, dijo tras la victoria por 2-0 ante el Villarreal, que, viendo al Barcelona y la exhibición de Lionel Messi el sábado en Sevilla, «más orgulloso» está de sus jugadores y «más contento» está de la temporada que está haciendo su equipo. «Es muy difícil jugar después de Champions por desgastar tantas energías emocionales en una competición que te las exige y con el rival súper poderoso que enfrentamos. Los chicos interpretaron muy bien cómo manejar el ritmo del partido», expuso el técnico, que insistió en la buena comprensión del duelo.

«Se leyó muy bien el partido. Se entendió dónde nos sentimos más cómodos presionando y a partir de esa presión tener espacios hacia adelante como aparecieron por pasajes del partido. Cuando nos tocó llevar el peso del partido, individualizamos donde podíamos lastimar. En Filipe y Lemar se veía que había posibilidades de peligro. Y ya en el segundo tiempo, con ventaja, el equipo responde muy bien en los espacios y pudimos haber aprovechado mejor si hubiéramos sido más contundentes en esa situación que tuvimos», reconocía.

El Villarreal había sido invencible para el Atlético en los últimos siete choques de la Liga. «Lo hablamos en el descanso. Nos había pasado ya con el Villarreal de ir ganando algunos partidos y en el segundo tiempo, por una cosa u otra, nos generó un empate o haber perdido», repasó Simeone.