Javier Calleja recalcó ayer la palabra «orgullo». No es para menos. El Villarreal ha pasado de verse prácticamente sin opciones europeas en el momento del parón por el covid-19 a estar más cerca que nunca. Para el madrileño, la mayor parte del mérito está en una plantilla en la que todos demuestran «un nivel excelente», ayer con siete novedades con respecto al once que ganó al Mallorca en casa. «Estoy orgulloso de mis jugadores; aquí todo el mundo está dispuesto a echar una mano. Hay plantilla para estar arriba», elogió.

Nueve puntos consecutivos permiten «soñar a lo grande», pero Calleja no quiere que se desborde el optimismo: «Tenemos los pies en el suelo». Sí, su equipo ha sido 100% efectivo en las tres jornadas pospandemia —«sobre todo por la solidez defensiva»—, pero el técnico sabe que hay cosas que mejorar para cruzar la meta de la Europa League o, quién sabe, de la Champions. Ayer, Calleja destacó que su equipo supo leer «mejor el partido» que ante el Mallorca, tres días atrás, pero también que falta «matar los partidos». «Nos gustaría sentenciar con un margen más amplio y acabar los partidos en campo contrario, pero también juega el rival... y el cansancio», explicaba el míster, «sin tiempo para disfrutar» porque en apenas 72 horas llega otro rival directo, el Sevilla, a La Cerámica.

Calleja también habló de dos nombre propios. Uno Chakla: «En la Copa se le señaló un poco y tenía presión, pero ha estado extraordinario, con personalidad y contundente». Otro, Bruno, por primera vez en tres años en el banquillo: «Ha sido y será uno de los mejores mediocentros que ha dado España. Queremos disfrutarle estas últimas jornadas».

Para el entrenador del Granada, Diego Martínez, la falta de puntería fue el lastre de los suyos: «Hemos tenido presencia en el campo rival, pero nos ha faltado precisión», lamentó.