Si hay algo que escasea en el mundo del fútbol es paciencia, y menos a estas alturas de temporada, cuando las competiciones se encuentran a pleno rendimiento y los equipos empiezan a definir sus objetivos. Calleja, con sobrada experiencia en la élite de este deporte como futbolista, es consciente de que los periodos de adaptación no existen y pese a acabar de coger las riendas del primer equipo, a buen seguro estará deseando cambiar desde ya la dinámica de un Villarreal que tocó fondo en Getafe.

La oportunidad se le presenta mañana en la visita al Maccabi de Tel Aviv, en un encuentro para el que apenas ha dirigido tres sesiones mal contadas —el lunes, el equipo completó un entrenamiento regenerativo y hoy, tras el viaje a Israel, más que aplicar sus conceptos tácticos habrá que adaptarse al nuevo entorno—.

Fue ayer, en un entrenamiento a puerta cerrada en el Mini, donde pudo conocer de primera mano a los que ya son sus futbolistas y explicarles las líneas maestras del que será su libro de estilo como comandante del Submarino.

UNA NUEVA FILOSOFÍA

Javi Calleja ya mostró sus credenciales en la presentación del lunes. «Queremos ser un equipo valiente, que lleve la iniciativa, controle los partidos a través del balón con un juego vistoso y mentalidad ganadora», admitió.

Mucho trabajo tendrá por delante para aplicar su estilo a un Submarino que se ha mostrado desnortado en su peor inicio de Liga desde el año del descenso.

UNA HEMORRAGIA A DETENER

Entre los cuatro goles endosados por el Getafe el pasado domingo, tres de ellos llegaron a balón parado. De idéntica forma anotó también la Real Sociedad en la segunda jornada uno de los tres goles con los que derrotó al equipo del por entonces técnico, Fran Escribá, que señaló la «falta de concentración e intensidad» como responsables a la hora de encajar todos estos goles de estrategia.

El Villarreal ha destacado los últimos años por su fiabilidad defensiva, y a buen seguro esta será una de las virtudes que Calleja querrá recuperar con urgencia.

SIN TIEMPO QUE PERDER

El Submarino ocupa la 14ª posición en Liga, muy lejos de las expectativas generadas en torno a una plantilla con futbolistas más que contrastados. Por otro lado, en Europa el equipo comenzó ganando su primer compromiso ante el Astana con más sufrimiento del esperado, pero para no repetir la historia del año pasado en competición continental, cuando el Villarreal estuvo a un gol de quedar eliminado en la fase de grupos, habrá que intentar sumar mañana algo positivo en Tel Aviv. A nadie se le escapa que antes que nada, a Javi Calleja se le van a pedir resultados.

MUCHO POR ACOPLAR

Al margen de aplicar las ideas del nuevo entrenador y un sistema de juego, el madrileño también deberá integrar a algunos futbolistas que parecen inmersos en plena pretemporada. Recién llegados como Rubén Semedo o Ünal aún no han demostrado el porqué de su fichaje, mientras otros como Bacca o Fornals están lejos de su mejor versión.

Que estos jugadores recuperen su nivel con la elástica amarilla y otros que han comenzado lejos de su rendimiento esperado vuelvan a ser los de antes será en parte trabajo del cuerpo técnico liderado por Javi Calleja y ahora también por Quique Álvarez.

Los jugadores, cómo no, también tendrán que poner mucho de su parte si quieren que el Villarreal vuelva a ser el de antes.