Óscar Cano es entrenador de fútbol, profesor, escritor... y psicólogo. El granadino, en la rueda de prensa previa a la visita (mañana, a las 18.00 horas) al Cornellà, admitió el trabajo extra de la semana, enfocado en mitigar los efectos, en la moral de los jugadores, del empate frente al Teruel que distancia al Castellón en cinco puntos de la permanencia (tres respecto al play-out).

«Cuando hemos estado a más de un partido de salir, la gente ha estado más desinhibida, pero cada vez que hemos estado a un partido, nos ha podido la situación, la sensación de que son muchas jornadas que se van acumulando sin obtener lo que quieres», razonó. «Nuestra misión es que el jugador se sienta capaz y preparado para afrontar lo que nos queda por delante», añadió, refiriéndose a sí mismo y a sus colaboradores. «En los primeros días de la semana se nota la pesadumbre, se van culpando a sí mismos de lo que ha ocurrido, pero el cuerpo técnico nos encargamos de que perciban que son capaces de afrontar nuevos retos, porque queda aún un mundo por delante», desarrolló Cano.

EL TIEMPO QUE CURA // «A medida que pasan los días, la gente se quita de encima esta toxicidad que viene del partido anterior; de tenerlo ganado y bien controlado en la primera parte, a cómo se nos fue complicando en la segunda», incidió. «Confío en que los jugadores tengan la cabeza ya limpia para el siguiente reto, que es el de Cornellà», reseñó.

Cano analizó que la derrota frente al Espanyol B ha causado daño. «No sabemos gestionar un mal marcador; no durante el partido, sino por lo que genera después», destacó. «La gente puede quedarse en lo que se hizo mal, solo en algunos minutos de la primera parte, y no ver todo el resto», desarrolló. «Pero como ya venimos de esas primeras 17 ó 18 jornadas en que cada equivocación era un golpe del que no se podía levantar, la gente se esconde en el pesimismo, que es lo que debemos evitar», ahondó el míster. «Hay que sentir que se puede», subrayó. «Nosotros tenemos que continuar remando, porque en algún lugar está la orilla que tanto anhelamos», soltó.

Y ahora, a Cornellà, a la peculiar casa del quinto: «Es un campo muy parecido al del Atlético Baleares y Ebro: pequeño y estrecho». Ojo a la especial trascendencia de pizarra: «Elías Martí, mi segundo, que se encarga de la estrategia, me ha dado un dato que es demoledor, entre el 60 y el 70% de sus goles llegan a partir de balón parado, rematando de forma directa o captando el rehace». «Son muy peligrosos incluso en los fueras de banda, cuando meten a seis o siete jugadores en el área, incluido centrales, lo consideran como un córner», relató.

«Además, el Cornellà pone y propone fútbol, con jugadores muy pudientes que han estado en otras categorías», detalló.