Interlagos acostumbra a deparar carreras locas. Y en ese escenario, Carlos Sainz extrajo lo mejor de sí mismo para lograr el primer podio en su quinta temporada en F-1. Arrancó último y finalizó tercero en una remontada memorable. Ganó Max Verstappen tras una carrera trepidante en la que el Toro Rosso de Pierre Gasly finalizó segundo en el primer doblete de motores Honda desde el año 1991.

Ya había logrado un cuarto puesto en Singapur 2017 y esta vez lo mejoró con escenas de épica. Sainz tuvo que salir último tras un fallo de motor en la clasificación, y tras una gran arrancada ganó tres posiciones en la primera vuelta. Un toque entre Ricciardo y Magnussen en el octavo giro le dio otras dos plazas. Sainz llegó a rodar séptimo antes de su cambio de ruedas. De vuelta en la pista, adelantó a su compañero Lando Norris. Y entonces llegó el rock and roll. El abandono de Bottas por una avería en el motor movió la carrera para llevar a Sainz a la séptima posición tras el primer coche de seguridad. Tras el toque entre los dos Ferrari --Vettel se llevó por delante a Leclerc-- , entró el segundo coche de seguridad y Sainz heredó las dos posiciones de los coches rojos, cuarto tras otro toque, entre Hamilton y Albon. Y ese lance entre el hexacampeón del mundo y el piloto de Red Bull le dio el primer podio en la F-1 cuando los comisarios determinaron que el inglés fue culpable del choque. Solo Fernando Alonso (97), Alfonso de Portazgo y Pedro de la Rosa lograron un podio español en Fórmula Uno.