Selecto en sus referentes —«Gago en el fútbol de mi país y Sergio Busquets de los de fuera de Argentina», apunta— y con unas ganas de crecer fuera de lo común —con 20 años fue elegido por los aficionados el mejor jugador del Vélez Sarsfield— no es nada extraño que Santiago Cáseres esté llamado a hacer grandes cosas en el Villarreal. De momento, el mediocentro amarillo se ha convertido en una de las grandes sensaciones del arranque de la Liga española, sin apenas notar el siempre notable salto que supone para un futbolista argentino todavía en edad sub-21, sobre todo en la adaptación, llegar al fútbol europeo.

Cáseres se toma los elogios recibidos en sus dos primeras apariciones en Primera División con humildad. «Todavía me estoy adaptando, tengo que ponerme más a punto en la dinámica del fútbol español», dice con una aparente fragilidad que para nada traspasa al terreno de juego. Dos titularidades en las dos primeras jornadas, 180 minutos, seis recuperaciones por partido y una eficacia con el balón en los pies que sobrepasa el 90% —fue el 94% ante el Sevilla, el pasado domingo— de aciertos en el pase a sus compañeros. Un líder precoz, al que no le pesa tener que tomar el testigo del excelso Rodri de la psada temporada ni la responsabilidad heredada del madrileño de que no se note la larga ausencia de una leyenda como Bruno. «Voy tranquilo, con humildad y sabiendo que hay que trabajar mucho para estar a la altura de la grandeza de este club. Tengo 21 años y esto recién empieza para mí; tengo mucho que mejorar», explica con un cierto poso de serenidad impropio de su edad.

En el banquillo, Javier Calleja respira tranquilo porque todo apunta a que el Villarreal ha acertado en un puesto clave. «Reúne todas las cualidades de un buen centrocampista. Es inteligente, tiene mucho criterio con el balón y siempre está pendiente de las ayudas», le elogia el técnico. «Está haciendo una labor extraordinaria», recalca.