Pocos o ningún punto se pueden escapar de Castalia de aquí a final de temporada si el Castellón quiere auparse al liderato. La presión era máxima antes del partido ante el Roda con la victoria matinal del Atlético Levante, y aumentó con el triunfo del Orihuela y el golazo de Joel, que enmudeció a un Castalia volcado.

El jugador gualdinegro --ayer rojillo-- empalmó a la escuadra desde media distancia un rechace tras una jugada a balón parado, haciendo inútil la estirada de Zagalá y adelantando así a los de De la Sagra cuando apenas se habían jugado 10 minutos.

A partir de este gol, los visitantes quisieron administrar la renta y bloquearon el juego interior de un Castellón impotente en la salida de balón. Los locales, espoleados por unas 10.000 gargantas --vaya ambientazo se vivió una vez más en Castalia--, supieron primero neutralizar el tanto inicial con un disparo de Javi Rubio de falta directa, que salió repelido por la barrera, y terminaron de redondear la fiesta gracias a un penalti provocado y transformado por Cristian Herrera.

El partido pudo tener un guión bien distinto si el propio Cristian hubiera atinado al primer minuto de partido tras una combinación con Cubillas. El delantero cruzó en exceso ante el meta Rives y el marcador no se alteró hasta el citado zapatazo de Joel. Instantes después, Castells, muy acelerado, entró con todo, vio la amarilla a los 8 minutos y en esa misma jugada llegó el tanto visitante a balón parado. El plan trazado por De la Sagra estaba saliendo así a la perfección.

MÁS CORAZÓN QUE CABEZA // El Castellón lo intentaba por todos los medios, pero se topaba una y otra vez con la poblada tela de araña tejida por la defensa y centro del campo del Roda. Karg, Tali y Joel ganaron la partida al doble pivote formado por Castells y Javi Rubio, aunque fue este último quien dio la primera gran alegría a la afición. Con un disparo de falta del mediocentro se llegaba al descanso con empate en el marcador. Acababa así una primera parte con pocas ocasiones, poco fútbol y mucha intensidad.

Tras el descanso, Escobar movió ficha dando entrada a Iván Sales por un amonestado Castells, retrasando así su posición Marenyà. También tuvo que realizar De la Sagra un cambio obligado, pues Esaú se retiró en camilla en las postrimerías del primer acto.

Con el paso de los minutos, el Castellón fue haciéndose dueño del balón, llegando de la mano sus mejores ocasiones. Primero, un disparo de Sales se estrelló en la madera. Después lo intentó Cubillas y finalmente fue Cristian Herrera quien recortó a Rives, que derribó al albinegro en el área, señalando el árbitro pena máxima. El Roda lamentó en esa acción que Eixea estaba siendo atendido tras un encontronazo con Cubillas que le provocó una brecha, jugando así en inferioridad numérica, mientras los locales reclamaron la segunda amarilla para el meta rival. A la postre, gol de Herrera --el 16º de esta temporada y segundo de albinegro--, que sirvió para que los suyos sumaran tres puntos clave.

Destacar por último dos nombres propios en el Castellón: Ángel Dealbert, inconmensurable, y Ximo Forner, pues con la entrada del almenarense, el Castellón comenzó al fin a desplegar su mejor fútbol. Capítulo aparte merece Castalia. Poco más se puede decir sobre una afición capaz de llevar al fútbol a 10.000 espectadores en Tercera División.