No está el Castellón para muchas bromas, en una semana de nuevo movida. Pero es que el Borriol, aunque en otro nivel, tampoco lo está, en su caso por motivos estrictamente futbolísticos. Unos y otros llegan necesitados de puntos y de alegrías a la cita de este mediodía en Castalia, que no admite concesiones entre dos enemigos cada vez más íntimos... y bajo el recuerdo del 4-0 de hace casi cinco meses, que tantas cosas precipitó en el bando albinegro, hasta el punto de que este Castellón tiene poco que ver con aquel, a diferencia de los rojillos, cuyos cambios, durante la temporada han sido mínimos.

Los nuevos no vivieron aquella tormentosa (y calurosa) tarde de septiembre en El Palmar. No solo fue el 4-0 (que sí, que también: por encima de todo, el resultado es lo que permanece), sino por las sensaciones y lo que aconteció en el vestuario visitante. Aquel día, el Castellón terminó de fracturarse, en una división que derivó en la salida de los por entonces aún intocables Rubén Suárez y Javi Selvas. La marcha de Ramón María Calderé, igualmente muy tocado, fue cuestión de pocas semanas más, incapaz de retomar el mando de la nave... y del vestuario.

DE FIARSE, NADA DE NADA // De aquel partido al presente, el Castellón es un equipo nuevo, en gran medida por las numerosas altas y bajas producidas. Después de ocho victorias seguidas, dos empates (ante equipos en zona de descenso) y la derrota sin paliativos frente a un rival directo como el Ontinyent, que le ha apeado de la zona de play-off, le hace presentarse a la cita con un desasosiego del que parecía haberse desprendido a golpe de triunfos. El calendario, además, le aprieta. No está el Borriol en el ramillete de aspirantes al ascenso, pero los rojillos se lo han hecho pasar tan mal a los orelluts durante estas últimas temporadas que han coincidido en Tercera, que muchos los consideran igual (o más peligroso) que los Elche B, Atlético Saguntino...

Acertar el once del Castellón es, ahora, casi igual de complicado que una Primitiva, por los cinco refuerzos que llegaron con el cierre del mercado a punto. De ellos, Rida Arkine es el último descartado, al igual que los lesionados Rubén Fonte y Gaizka Saizar. Kiko Ramírez, que recupera a Luismi Ruiz y Álvaro Gómez, también evalúa la mella que un virus ha causado en una plantilla que, el viernes, cargó las pilas en el cine con la revisión de la mítica leyenda de Rocky en Creed. El preparador tarraconense dispone de más de 20 futbolistas para esta cita... y las que vendrán.

LOBO CON PIEL DE CORDERO // Contra esa metamorfosis, el Borriol comparece en Castalia con una trayectoria descendente (cuatro derrotas seguidas), lo que lo convierte en un lobo con piel de cordero. El instinto depredador de ese animal está nuevamente, como en el choque de la primera vuelta, en el ADN de la práctica totalidad de jugadores rojillos con pasado orellut. Enric Barreda (lesionado) y Gonzalo Asín (sancionado) se lo perderán. H